Miguel Hernández
En el año 2010, el mundo celebró el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, con varios homenajes poéticos, para recordar y mantener en la memoria el valor de su palabra. Alquimia de las Palabras se une a este reconocimiento con un programa especial dedicado a la poesía del gran escritor español.
Miguel Hernández Gilabert, nació en España, en Orihuela, el 30 de octubre de 1910, de familia humilde y trabajadora. Escritor, poeta y dramaturgo, que causó una gran influencia en España y el mundo, tuvo una cercanía marcada con la generación del 27, aunque en la literatura se lo ubica en la generación del 36.
Miguel Hernández fue figura importante en la Guerra Civil Española, su posición política republicana, antifranquista influenció fuertemente a su generación; se casó con Josefina Manresa, con quien tuvo dos hijos, uno de ellos fallecido a los pocos meses de vida. Su esposa inspira una de las poesías más profunda e íntima "Las Nanas de la cebolla"
Hernández fue parte de la resistencia española, en su lucha y ante la represión de Franco intentó salir del país, siendo detenido en la frontera con Portugal. Durante su tiempo en prisión continúa con su trabajo, compone el poemario Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha. El mundo bautiza a la poesía de Hernández, como "poesía de guerra".
Parte de su producción literaria comprende poesía y teatro. Sus poemarios más conocidos son: El rayo que no cesa, Perito en lunas, su antología: Seis poemas inéditos y nueve más, Obra poética completa, 24 sonetos inéditos, entre los más relevantes, Teatro en la guerra.
Miguel Hernández fue condenado a muerte, luego se conmuta su pena a 30 años de reclusión, sin embargo la tuberculosis hizo su trabajo. Hernández muere el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante, a los 32 años.
Fue condenado a pena de muerte, pero no llega a cumplirla porque la tuberculosis gana a su cuerpo y fallece el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.
De Miguel Hernández, un fragmento del poema: Las nanas de las cebollas
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre
escarchaba de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso...