No a la expropiación
"No a la expropiación de las casas del Centro" es un colectivo de vecinos y vecinas que se han organizado con el fín de evitar la pérdida de sus predios.
La iniciativa tiene lugar en el Centro Histórico de Quito, patrimonio histórico y cultural de la humanidad que hoy por hoy se ve enfrentado a procesos de transformación urbana; en este caso, mediante un proyecto de revitalización que pretende trasladar sedes de distintas embajadas hacia esta zona tradicional de la ciudad.
¿Qué ocurre actualmente en el Centro Histórico de la capital ecuatoriana? ¿Cuáles son esos cambios físicos que se están promoviendo desde el sector público y privado? ¿Cuáles son los impactos sociales y culturales que dejan los proyectos urbanos sin contar con la opinión y participación de los habitantes?
En esta ocasión, Entre Calles se reúne con dos residentes afectados por la posible expropiación de sus viviendas. Michelle Andrade y Eduardo Fajardo nos cuentan en qué consiste el proyecto mencionado; el imaginario de deterioro bajo el cual los promotores de los distintos proyectos de "rehabilitación" y "renovación" urbana pretenden posicionar como argumento de ejecución y desalojo, no solo en Quito sino en distintos centros históricos de la región; el discurso de la propiedad como utilidad pública, o las adecuaciones discursivas que ubican sectores estratégicos, muchas veces residenciales, como lugares de interés público que superan el interés particular; la pérdida de costumbres, tradiciones, generaciones y cotidianidades entre vecinos que no quieren irse de sus viviendas, núcleos de arraigo e identidad; y las distintas acciones colectivas a futuro con el fin de "abrir las puertas de las casas" a la ciudad y opinión pública en general, en un valioso intento por demostrar que si hay vida, si hay barrio, y no deterioro y mala calidad como pretenden mostrar los actores de la expropiación.
Un ejemplo y uncaso que nos muestra una realidad a escala regional. América Latina se ha convertido en una región cuyos entornos urbanos principales han visto la manera en que el mercado financiero, la gestión pública y la iniciativa inmobiliaria manifiestan claras y serias voluntades por llegar a los centros históricos en donde sus residentes no tienen las mismas condiciones económicas que las capas más favorecidas de la ciudad, y que las alzas en los precios del suelo y los servicios que los procesos de transformación urbana conllevan, repercuten dentro de la población y se manifiestan en la incapacidad para acceder, en últimas, a la ciudad marketing y boutiquización de estas áreas estratégicas. Lo que conlleva a ver paulatinos desplazamientos, segregación y procesos de expulsión de la población antigua para dar paso a una nueva población residente, la que tiene los recursos económicos. Foto: www.elcomercio.com