El oficio del Clown

Prometeo y Fausto son las figuras míticas que ilustran el desarrollo tecnológico de la humanidad. Marshall Berman escribe, en un ensayo titulado “El Fausto de Goethe: la tragedia del desarrollo” (en Todo lo sólido se desvanece en el aire) que: “la tragedia o la comedia se produce cuando Fausto pierde el control de las energías de su mente, que entonces pasan a adquirir vida propia, dinámica y altamente explosiva”. A partir de esta premisa, le preguntamos a Ramiro Aulestia, actor y fundador del grupo de teatro El derrumbe: ¿Dónde se ubican los clowns, los payasos, en la tragedia o la comedia? La respuesta da lugar a una serie de reflexiones sobre el clown, las diversas variantes y giros que tiene en las artes de la representación y en la construcción de aquellos códigos con los cuales construye sus historias y sus referentes.

También hablamos de sus obras (Bing Bang y Bitácora para volar), de su formación como actor y clown desde los comienzos en el teatro Contraelviento, su paso por La Escuela de Teatro Gestual del grupo de teatro El Cronopio, los estudios en el Laboratorio Teatral Malayerba y su aproximación a otras experiencias como el Teatro del Oprimido, además de viajes y giras nacionales e internacionales. Una de las conclusiones a las que llegamos con Ramiro Aulestia fue que el clown ‘es el clown’, porque el verdadero payaso es el que no actúa, sino que se encarna casi siempre a sí mismo. Hay un importante estudio sobre el clown en el Ecuador, escrito por Alfredo Espinosa, Marcelo Leyton y Juan Alberto Malo que aparece en los números 56 y 57 de la Revista El Apuntador (www.elapuntador.net).

A Ramiro Aulestia le podemos encontrar en:

bitacorapara volar.wordpress.com;
y en elderrumbeteatro@gmail.com .