Relación de un veterano de Independencia
Carlos R. Tobar fue escritor, intelectual y catedrático, formó parte de la primera generación de novelistas ecuatorianos junto a los recordados Juan León Mera y Juan Montalvo. Este libro: “Relación de un veterano de independencia” fue publicado por entregas por primera vez en 1891 y recopilado en formato libro en 1895 y 1909; los mismos años de publicación y éxito de Cumandá. El narrador de esta historia es Antonio Mideros, héroe de las guerras de independencia. Mideros recapitula su vida desde su más tierna edad y nos traslada a Quito el 10 de agosto de 1809: al “Primer grito de Independencia”.
Un año después, el de 2 de agosto de 1810, varios patriotas intentaron liberar a los próceres encarcelados del 10 de agosto. Las tropas realistas reaccionaron de forma rápida y contuvieron a la turba, matando a presos, libertadores, patriotas y desprevenidos. En aquel clima de guerra civil, el obispo salió a las calles en procesión para pedir deponer las armas a los independentistas. Desarmados los patriotas, los realistas dieron rienda suelta a la más salvaje matanza. En los primeros capítulos de la novela, Mideros recuerda estos acontecimientos, puesto que su padre fue uno de los patriotas asesinados a sangre fría.
Huérfano de padre y por esos avatares de la vida se ve conducido junto a Mariano Castillo, sobreviviente de la matanza y su mentor, a un escondite en una hacienda. En la hacienda de Don José Segundo Rey convergen abogados de las leyes y no de la justicia, intelectuales encubiertos a favor de la independencia por la vía diplomática o armada, damas realistas y demás hombres y mujeres de las clases sociales del país de inicios del Siglo XIX. En esta primera parte del libro el tono es costumbrista y se retratan muchos pasajes de la vida y costumbres de la época: fiestas, modos de vida, juegos de los niños, ideales y aspiraciones políticas y sociales, distribución demográfica de la ciudad, entre otros. Mención especial para la pedagogía: “la letra con sangre entra”. Aparece además en escena Aurora, hijastra de Segundo Rey y vínculo amoroso con Mideros. Esta primera parte de la novela puede definirse como la “formación del héroe” que termina con la decisión de Mideros de seguir a su mentor Castillo y unirse a las tropas independentistas para combatir en las batallas de 1818-1822.
La segunda parte del libro, retrata las acciones del héroe, los pormenores de las batallas de independencia en las cuáles Mideros participó. Conoció al general Antonio José de Sucre, y lo describe de manera soberbia. Lastimado, derrotado y enfermo, Mideros retorna a Quito para reencontrarse con su madre y buscar a su amada Aurora. Los conflictos de la independencia continúan, Bolívar por el norte y Sucre por el sur, se acercan a la mitad del mundo. Mideros regresa a las filas independentistas para servir de guía en la expendición que bordeó Quito para alcanzar las faldas del Pichincha, aquel 24 de mayo, era el año 1822. Esa mañana gloriosa para vengar a su padre, para luchar por la patria, creer en la república, soñar con la igualdad y respirar el aire libre de Quito. La libertad estaba consumada.
Esta novela histórica a mi juicio es una de las mejores novelas ecuatorianas; por su envergadura, supera a Cumandá (publicada en la misma época y de extraordinaria difusión, lectura obligatoria en primaria que cuenta con muchísimas ediciones) y a las “Leyendas del Tiempo Heroico” (pasajes históricos sobre la época de la independencia). Su narración es soberbia, el autor introduce ideas políticas y críticas a la monarquía y a la república; a los viejos y nuevos valores que surgían. Tiene un manejo perfecto de la ambientación y su prosa recuerda a los grandes narradores de la época. Con un estilo sarcástico y cínico, retrata situaciones del Quito antiguo mejor que antropólogos e historiadores. Dotado de un genio excepcional el autor incluye además una amplia gama de chistes y chascarrillos que literalmente “me partieron de la risa” en medio de situaciones dramáticas o trágicas.
Este libro tiene de todo un poco; heroísmo, ideales, guerras, historia, costumbres de mi pueblo, amor, venganza, batallas, civismo, drama y humor. En su conjunto es una obra bastante entretenida y digna de análisis y de una mejor valoración crítica. En más de 100 años, tan solo se han publicado 3 ediciones y es un libro prácticamente desconocido. Creo que su lectura debería es obligatoria para todos los ecuatorianos, para entender algunos aspectos de nuestra historia.
Que poca difusión de esta maravillosa novela, tal vez a muchas personas no les gusta la predicción de Mariano Castillo sobre la República, que se encuentra en esta novela: “lo que me apena es que quizá todo sea estéril, que estemos abriendo con la pólvora la grieta donde hoy sepultemos un dueño y por donde mañana brote de los infiernos un amo; no por reconquistar los derechos del pueblo, sino por labrar la riqueza de un hombre, de una familia, de las dinastías, de los que andarán a traer a la Patria como a un borracho, tambaleante entre el despotismo y la revuelta, entre el desastre y la infamia, entre la ambición de uno y la necedad de todos, entre la ruina y la desolación, entre el descrédito y la miseria, entre las hipocresías de un patriotismo mentiroso y las estupideces de la inconsciencia de las muchedumbres”. 200 años después, en el Bicentenario se puede decir: predicción acertada.
Dirección, producción y textos: Fernando Endara I.