Isaac Asimov. Triología de la Fundación
La literatura de Ciencia Ficción es la que más nos acerca al futuro. En el siglo XIX, el escritor francés Julio Verne da comienzo a la ciencia ficción, escribiendo obras como Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, y Veinte mil leguas de viaje submarino.
La ciencia ficción ha estado fuertemente influenciada por la tecnología y las ciencias. Sus narraciones parten de ideas científicas para narrar historias sobre sociedades futuras o mundos diferentes al nuestro. Se basan fundamentalmente en los efectos que los cambios producen sobre las personas en particular y sobre la especie humana en general. Sus temas predilectos son el mundo del futuro, los viajes a través del espacio o el tiempo, la vida en otros planetas y las crisis generadas por la tecnología o la presencia de criaturas y entornos extraños.
Entre los principales autores de ciencia ficción se cuentan Julio Verne, Herbert George Wells e Isaac Asimov. Wells se interesó por la biología, la evolución de las especies y por las consecuencias sociales de la tecnología. Escribió numerosas novelas de ficción científica: La máquina del tiempo, El hombre invisible, La guerra de los mundos, entre otras.
Otros autores destacados del siglo XX son Aldous Huxley y George Orwell, quienes en sus obras presentan una visión negativa de la sociedad futura, asfixiante y deshumanizada. El primero escribió Un mundo feliz. La obra más famosa del segundo tiene el nombre de un año: 1984.
El 2 de enero celebraba su cumpleaños Isaac Asimov , uno de los Big Three –junto con Arthur C. Clarke y Robert Heinlein– que encumbraron la literatura de ciencia ficción a su edad dorada a mediados del siglo XX. Pero quien nos legó las tres leyes de la robótica fue en sí mismo un gran personaje novelesco, comenzando por la primera de sus ficciones, su propia fecha de nacimiento. Nacido en Petrovichi, una remota localidad de la Rusia rural, el día de su venida al mundo no dejó registro ni siquiera en la memoria de su familia: entre el 4 de octubre de 1919 y el 2 enero de 1920 como franja tentativa, fue él mismo quien eligió esta última fecha como día de su cumpleaños.
Isaac Asimov está considerado uno de los más grandes escritores de ciencia ficción de todos los tiempos. Nacido en Rusia, su familia decidió emigrar a Estados Unidos cuando Asimov sólo contaba con tres años de edad. Se crió, pues, en Brooklyn, Nueva York, donde su padre mantenía una tienda de venta de golosinas y revistas. Desde pequeño ya demostró su interés por la ciencia ficción, siendo un ávido consumidor de revistas pulp. Su atracción por la ciencia le llevó a estudiar Ingeniería Química, donde luego lograría doctorarse en Bioquímica y ser profesor en la Universidad de Boston durante varios años, hasta que su labor literaria le llevó a abandonar el mundo de la docencia. Tras acabar la carrera, Asimov publicó su primer cuento en 1939, en la revista Astounding Science Fiction -dirigida por el famoso John W. Campbell- y también colaboró con Amazing Stories. Asimov nunca abandonó la escritura de cuentos y a lo largo de su vida publicó gran número de antologías.
La humanidad alcanzó el dominio del cosmos y del hiperespacio, estableciendo un Imperio Galáctico con un sinfín de planetas y sistemas estelares, administrado a través de Trántor, planeta-capital imperial. El Imperio estableció la paz por milenios y ahora se encuentra en decadencia. Hari Seldon, psicohistoriador (el más grande de todos los tiempos), predijo su caída inminente e infranqueable; en poco tiempo el retroceso tecnológico, las guerras intestinas y la ruina, sumirían a la Galaxia en anarquía y barbarie por treinta mil años. El “Plan Seldon” es un intrincado proyecto de previsión a futuro que, mediante la psicohistoria, (ciencia de la predicción de los comportamientos humanos) organiza dos “Fundaciones” para precautelar la conservación de los conocimientos científicos y tecnológicos. De esta manera, después de mil años un Segundo Imperio se levantará más grande y poderoso.
La Trilogía de las “Fundaciones” es considerada como la mejor Saga de Ciencia-Ficción de todos los tiempos. El primer volumen “Fundación” nos introduce en el “megaverso Asimov” y nos presenta a “Terminus”, planeta elegido para albergar a los “enciclopedistas”, ingeniosos científicos encargados de elaborar “La enciclopedia del saber galáctico”, primer peldaño del indescifrable Plan Seldon. A partir de aquí una serie de gobernantes y formas de gobierno se irán sucediendo: teocracia, predominio de los aristócratas y después de los comerciantes.
Isaac Asimov nos presenta una trama compleja que atraviesa siglos, acontecimientos y personajes. El hilo conductor es el “Plan Seldon” que con el tiempo se convierte en una especie de superstición profética. Diversos hombres intentaran probar sin éxito que un individuo puede cambiar el curso de la historia y vencer los avatares de un Plan que parece tomar en cuenta las ambiciones personales y los deseos de gloria de las personas para ir configurando un nuevo Imperio. Este libro cuenta con 5 relatos independientes publicados de forma separada en revistas de ciencia ficción, que abarcan los primeros 250 años de la “Fundación” aproximadamente.
Novela esencial en el “space opera”, influencia absoluta para todas las series de aventura espacial que conocemos en el cine y el anime. La magnitud de esta obra es astronómica: los viajes espaciales, las distancias, las naves y la exploración espacial son de una inmensidad casi inabarcable. De igual manera, el argumento nos presenta a distintos “héroes” y “estrategas” en diferentes momentos históricos de la “Fundación” conocidos como “crisis”; coyunturas de grave peligro interno y externo, en donde solo la astucia y la inteligencia podrán encaminar a la humanidad por los rumbos establecidos por Seldon. Asimov escribió una obra maestra que se convirtió en un pilar del género de la ciencia ficción por su adelanto artístico, su envergadura y sus valores atemporales.
“Fundación e Imperio” es el segundo título que compone la trilogía de las “Fundaciones” del pionero y destacado autor de ciencia ficción Isaac Asimov. Nos encontramos en el planeta Terminus en pleno apogeo atómico y dominio de los reinos y planetas circundantes a través de relaciones comerciales. El desarrollo tecnológico permitió a la “Fundación” establecer su predominio en los sistemas estelares de la periferia, inclusive acercándose a los confines del antiguo imperio. En este libro, los científicos y gobernantes de la Fundación deberán enfrentarse a lo que queda del poderoso Imperio envejecido y desgastado.
Un comandante imperial (Bel Riose) y un comerciante independiente (Lathan Devers) intentarán cambiar el curso de los acontecimientos; solamente para darse cuenta que los cálculos de Seldon son imbatibles y que los individuos son meros instrumentos en la causalidad universal prevista en esta etapa del desarrollo del Segundo Imperio. Aparentemente ningún acto individual podría interferir en el Plan; hasta la aparición del “Mulo”, un mutante de cuerpo deforme y poderes mentales, capaz de leer las emociones humanas y moldearlas al punto deseado. El mutante va expandiendo sus dominios y gracias a sus habilidades telepáticas conquista el mundo de Kalgan y se apresta a enfrentarse a la “Fundación”.
¿Cómo se podrá salvaguardar la integridad del Plan Seldon, cuando las mentes de los dirigentes y comandantes de la Fundación sean controladas por el Mulo? ¿Sobrevivirá la Fundación a la guerra? ¿Podrán hacer algo los comerciantes independientes? ¿Cómo vencer al “Mulo” un mutante que lee y moldea los pensamientos? ¿Aparecerá la Segunda Fundación al rescate? Este libro me recordó al “Imperio Contraataca”, la trama se vuelve intrincada y da un giro argumental inesperado, de un momento a otro las esperanzas depositadas en el Plan Seldon sucumben y el futuro de la Galaxia pende de un hilo.
Este es el punto álgido de la Trilogía. Desde que el “Mulo” aparece en escena, no se puede dejar de seguir las peripecias y aventuras de Bayta y su esposo Toran, del psicohistoridor Ebling Mis y del comandante Han Pritcher en su afán de detener al mutante buscando a la “Segundo Fundación”, en el extremo opuesto de la Galaxia. Una búsqueda que los llevará hasta la antigua biblioteca de Trántor en un final trepidante.
“Segunda Fundación” es el tercer libro de la trilogía de las fundaciones de Isaac Asimov. El “mulo” venció a la “Fundación”, y tan solo le queda encontrar y vencer a la “Segunda Fundación” para apoderarse de la Galaxia. El comandante converso y leal al “Mulo”, Han Pritcher surca los confines de la periferia galáctica buscando el planeta que alberga a la “Segunda Fundación” sin éxito. El predominio de la primera fundación se basa en las ciencias físicas, atómicas y tecnológicas; por el contrario, el desarrollo de la segunda, tiene que ver con los poderes mentales y telepáticos. La búsqueda se complica debido a las sospechas de control mental ejercida sobre los hombres del Mulo, por parte de los agentes de la segunda fundación.
Las ambiciones y poderes mentales del mutante lo llevarán a enfrentarse con uno de los más intrépidos funcionarios de la “Segunda Fundación”. La trilogía llega a su parte final y los psicohistoriadores afrontan uno de los retos más difíciles de superar en el Plan Seldon: “los habitantes de la fundación, no debían enterarse de la existencia de la segunda fundación”. Cuando todo se ve perdido para el planeta Terminus y su gente, la “Segunda Fundación” actúo salvaguardando el peligro y develando fatalmente su existencia. Ahora las previsiones del Plan Seldon son erráticas y confusas; hombres y mujeres de la “Fundación” sospechan estar controlados mentalmente por los agentes de la segunda y el orgullo humano permitirá que los destinos del segundo imperio sean controlados por psicohistoriadores mentales (Oradores).
Ahora la Fundación buscará de forma desesperada el planeta de la Segunda Fundación, para darle caza. A la par que, la Segunda Fundación elabora un intrincado proyecto para hacer que los habitantes de Terminus olviden por completo la existencia de esta Segunda Fundación en el extremo opuesto de la Galaxia. Las aventuras de juventud de la escritora Arkady (Arcadia Darrel, nieta de Bayta, heroína de “Fundación e Imperio”) la llevaran hasta Trántor, donde ayudará a dilucidar los misterios del enigmático Plan Seldon en un giro argumental poco esperado.
La caída del Imperio Galáctico está inspirada según el propio Asimov en la caída del Imperio Romano. La trilogía original me gustó muchísimo y me acercó a la ciencia ficción (tenía olvidado este gustito por algún tiempo), sobre todo al género “space opera” o aventuras espaciales, que en este caso tiene una dosis perfecta de ciencia, tecnología, historia, política, descripción de la conducta humana y giros argumentales. Fue maravilloso descubrir este universo que influenció a muchas de mis series favoritas como Star Wars, Robotech, Gundam o Futurama. Para un cerebro del Siglo XXI es difícil comprender la importancia y magnitud que supuso esta obra, estamos acostumbrados a series y películas del espacio y de una humanidad diseminada por la Galaxia; sin embargo, en su momento, este concepto fue innovador y alucinante. Con categoría se le otorgó el premio Hugo a la mejor novela de Ciencia Ficción de todos los tiempos y se entienden las razones, por su influencia, su alcance y trascendencia. Un gran acierto de Asimov es proyectar un futuro de adelanto tecnológico inconmensurable acompañado de seres humanos con los mismos valores, contradicciones y ambiciones de todos los tiempos.
Asimov además escribió dos libros precuela y dos libros secuela para completar esta Saga denominada el “Ciclo de Trántor” que abarca 7 libros. La próxima Lectura de este universo será “Los límites de la Fundación”.
“Los límites de la Fundación” publicada en 1982, es la cuarta entrega de la Saga de la Fundación y la penúltima en orden cronológico. Escrita 29 años después de la última entrega de la trilogía original, supone la consagración de Isaac Asimov al involucrar elementos de todos sus libros anteriores, para formar un megaverso que incluye 3 trilogías, novelas y cuentos sueltos. Han trascurrido 5 siglos desde la puesta en marcha del “Plan Seldon” y 3 siglos desde la caída del imperio Galáctico. El Plan Seldon, intrincado proyecto psicohistório que prevé el establecimiento del Segundo Imperio Galáctico, se halla a mitad del camino.
El “Plan Seldon” marcha a la perfección, tan a la perfección que Goldan Trevize, consejero de Terminus, tiene sus sospechas. Se imagina que la “Segunda Fundación” no fue derrotada tras la caída del “Mulo”, como indica la versión oficial, hace 120 años; y tiene razón. Stor Gendibal, orador de la “Segunda Fundación”, tampoco cree que tal perfección sea posible. Las matemáticas, la estadística y la mentálica (control mental) de su gente es muy desarrollada; y, aun así, una fuerza externa y desconocido controla los acontecimientos, o eso cree. La “Primera Fundación” es la potencia tecnológica más grande de la historia galáctica, aunque carezca por completo de conocimiento sobre los poderes de la mente.
Las intrigas políticas conducirán al escéptico Trevize, quién duda del “Plan” y persiste en la existencia de la Segunda Fundación, al exilio junto a un destacado y tímido profesor de historia antigua: Janov Pelorat. Su misión será encontrar el planeta de las leyendas, un antiquísimo mundo en donde se supone se desarrolló un equilibrio biológico que permitió la evolución de la vida, desde seres unicelulares hasta formas de vida inteligente. Se cree que un planeta, “el más viejo”, es el lugar de origen de la humanidad y que, desde allí, hace más de veinte mil años, se colonizó la galaxia cuando empezaron los viajes hiperespaciales. Un sitio mitológico y borrado de los documentos y recuerdos galácticos: la Tierra.
Las pistas conducirán a los cosmonautas a un planeta desconocido: Gaia. Un mundo con conciencia global, en donde cada ser vivo y cada partícula inerte comparten el pensamiento, las emociones y las sensaciones. Un planeta en donde cada individuo, animal, planta, roca y elemento; es unitario y total. Donde la sumatoria es más importante que la suma de sus partes: como las células conforman un cuerpo, los cuerpos conforman a Gaia. A la par, la alcaldesa de Terminus, Harla Branno y el Orador Stor Gendibal movilizaran sus recursos a la órbita estelar de Gaia. Un paso en falso y las armas serán accionadas, el destino de la Galaxia está en manos de Golan Trevize, quién parece tener un don para “sacar conclusiones acertadas basándose en pocas premisas”. ¿Encontrará una solución adecuada? ¿Se desencadenará una guerra estelar? ¿La búsqueda de la Tierra dará frutos?
En esta cuarta entrega de la Saga se nota un escritor maduro que intercala diálogos, descripciones científicas minuciosas y profundos debates filosóficos en torno a coexistencia y supervivencia de la raza humana, a la par que mantiene al lector con intriga y ávido de respuestas. También convergen conceptos de sus otras sagas como los Robots o los “Eternos”, creando una cronología galáctica de más de veinte mil años. Sin duda tengo ganas de leer todo lo de Asimov, un futuro alucinante y esperanzador.
“Fudación y Tierra” es la quinta entrega de la Saga de ciencia ficción “La Fundación”, y la séptima (última) en orden cronológico, publicada por Isaac Asimov en 1986. Los acontecimientos se ubican inmediatamente después de su libro anterior: “Los límites de la Fundación”, y nos sumergen en una travesía en pos del “más viejo”, el planeta de origen de la humanidad. El consejero Golan Trevize y el historiador Janov Pelorat de “Terminus”, en compañía de Bliss, una parte de Gaia; se embarcan en la “Far Star” con destino al “Sistema Estelar de Comporellon”, una potencia asociada a la Fundación, para obtener pistas sobre la ubicación de la Tierra.
El viaje Galáctico los conducirá a los “Mundos Prohibidos”, planetas vestigios de una época remota, olvidada y borrada de los documentos y la memoria de los hombres. Esta época es la era del mito o pre-espacial, cuando los viajes a través del hiperespacio no estaban desarrollados por completo, y las Inteligencias Artificiales (Robots) convivían con la raza humana. En efecto, el progreso científico en el campo de la robótica fue tan vasto que la “primera oleada colonizadora espacial”, estuvo compuesta por tripulaciones mixtas: humanos y robots. Los planetas ocupados por los primeros colonizadores se denominaron: “espaciales” y estuvieron condenados a la extinción. Humanos y robots no pudieron convivir. (Para más información verificar el Ciclo de los Robot). Años después, una segunda oleada colonizadora se embarcó en la conquista del universo; sin robots y dominando el salto hiperespacial, la humanidad se esparció por cientos de miles de planetas en toda la Galaxia. Las rencillas entre los primeros y los segundos colonizadores, sembradas tiempo atrás en la Tierra, culminaron con la caída de los “espaciales” y su consiguiente desaparición de la historia. Los vencedores establecieron “el Imperio Galáctico”, que tuvo veinte mil años de apogeo, antes de su decadencia y destrucción.
La tripulación del “Far Star” arribará en aquellos mundos prohibidos y legendarios: Aurora, Solaria y Melpomenia, antes de aterrizar en “Nueva Tierra” (Alfa), la estrella más cercana al sistema solar original. El trayecto estará cargado de debates que extrapolan las ventajas y desventajas de la individualidad y la consciencia colectiva en torno al futuro del universo. Los conceptos de “Galaxia” y el “Plan Seldon” son opuestos y solo uno podrá prevalecer. Enemigos hostiles aparecerán en el camino: una sociedad militarizada, perros salvajes, robots y mutantes con transductores de energía todopoderosos. Los enigmas del pasado llegarán hasta las páginas finales. ¿Qué secretos esconde la Tierra? ¿Será radioactiva como dicen las leyendas? ¿Por qué quitaron sus referencias de las bibliotecas y documentos? ¿Quién o qué está detrás de todo? ¿Encontrará Trevize, las respuesta que busca?
Isaac Asimov reúne sus principales conceptos: 3 leyes de la robótica, psicohistoria y conciencias colectivas con un manejo preciso de conceptos científicos, a la par que sostiene la tensión argumental. Para esto recurre a la indagación del pasado con dotes de historiador, al conectar “El Ciclo de Trántor”, con el Ciclo Imperial y el de los Robots. Este libro no me gustó tanto como su predecesor “los límites de la Fundación”, debido a sus diálogos repetitivos y situaciones empalagosas fuera de tono. Los personajes sufrieron una especie de “Flanderización”: Janov dejó de ser un tímido conocedor de historia antigua con amplio conocimiento, para convertirse en un bulto, cuya labor fue mediar las continuas discusiones entre Bliss y Trevize. Los argumentos de sus confrontaciones verbales son interesantes al principio; pero después se convierten en monótonos, en páginas y páginas donde casi “nada” ocurre. Extrañé a los agentes de la Segunda Fundación, a la Alcaldesa de Términus y los dramas políticos que se transformaron en encuentros sexuales ocasionales.
No termine esta Saga con el mejor sabor de poca. Me quedan dos libros pendientes: “Preludio a la Fundación” y “Hacia la Fundación”, que son precuelas de la trilogía original y aunque no los tengo; espero leerlos y vincularme mejor con el argumento de éste, el último libro cronológicamente hablando. Entiendo que hay secuelas escritas por otros autores que también leeré si caen en mis manos y por supuesto espero conseguir el ciclo de los Robots y toda la obra de Asimov, pues está relacionada. La Saga de la “Fundación” es una de las obras fundamentales del género, creando conceptos multiplicados en miles de series, libros y películas, forjando hitos de la ciencia ficción. A pesar de que “Fundación y Tierra” no fue mi libro favorito del “Ciclo de Trántor”, fue el cierre necesario para acoplarse con todas las novelas anteriores.
Dirección, producción y textos: Fernando Endara I.