Gioconda Belli. El Pergamino de la Seducción
Gioconda Belli nos trae una novela apasionante y seductora narrada en dos líneas temporales: en Madrid de los años 60, y en los Reinos de Castilla, Aragón y Flandes a finales del Siglo XV e inicios del Siglo XVI. Esta etapa es una de las más interesantes y abrumadoras de la historia de España, la unificación de los reinos, la expulsión de los moros y judíos, la llegada a las “indias occidentales” y las disputas palaciegas entre nobles, fueron algunas de las condiciones que marcaron esta época protagonizada por corazones ardientes y grandiosas voluntades como las de Fernando de Aragón, Isabel La Católica, Cristóbal Colón o Juana de Castilla. Precisamente Juana la Loca, es una de las figuras más recordadas y estudiadas de este período, seguramente por su amor apasionado, sus incontrolables celos, y su “esquizofrenia” asociada a la sensualidad de sus deseos y de sus ardientes entrañas.
La autora nicaragüense propone una versión “realista” y “cercana” de la vida de la Reina prisionera en el castillo de Tordesillas, encarcelada por su padre Fernando y después por su hijo Carlos I de España y V de Alemania. Utiliza la narración en primera persona desde las dos perspectivas temporales en una buena estrategia para combinar la ficción histórica con las peripecias de Lucía, adolescente interna en una residencia de monjas, en pleno despertar sexual. Huérfana, después de que sus padres perecieran en un trágico accidente, y obligada a marchar desde su natal Centroamérica para confinarse en un convento en el extranjero; encuentra en los brazos y las narraciones de Manuel, historiador cuarentón obsesionado con el pasado de su familia, el consuelo anhelado para su sexo y su corazón. Entiendo que existen diversas opiniones sobre este recurso literario: para algunos el argumento del “presente” queda de sobra o molesta por sus toques de “pedofilia” (a los más moralinos sobre todo), para otros es lo más interesante puesto que conecta a los lectores jóvenes con situaciones del entorno, que permiten el disfrute de la obra y el acercamiento a la ficción histórica.
Manuel está obsesionado con Juana, quiere evocar su vida desde una perspectiva total, descifrar la verdad que se oculta detrás de los mitos y leyendas. Encuentra en Lucía una joven idéntica a la Reina en su porte, su piel y sus cabellos, con temores y angustias análogas y una madurez emocional similar. La viste con los atuendos de la época y le cuenta la historia al oído, mientras ella ataviada con hermosos ropajes, evoca en su mente los paisajes y motivos de la época. El argumento transcurre de forma lineal en las dos realidades temporales atravesando los muros del internado, las cortes Flamencas, las alcobas con gemidos reales; a reyes y cortesanos, a séquitos y monjas, a la tía Águeda y al “hermoso” de Felipe, hasta conducirnos a su trepidante final.
El amor de Juana y Felipe fue desquiciado, obsesivo, fatal. Al conocerse cuando ella contaba con 16 años y el con 18, la furia erótica de los cuerpos se desencadenó. Este apetito sumado a las constantes traiciones, los celos angustiantes y las intrigas por el poder, condujeron a la pareja por un sendero de destrucción. El estado mental de Juana fue debilitado tras tanta manipulación sentimental, la separaron de sus hijos, robaron sus pertenencias, usurparon su reinado, la confinaron al olvido. ¿Por qué después tanto tiempo su imagen sigue despertando polémica? Quizás no tuvo problemas mentales, más tuvo una férrea voluntad y la lucidez suficiente para oponerse a las costumbres de la época, para alejarse de la religión que tanto estigmatizara a España, para entregarse a la voluptuosidad de su cuerpo, para amar sin reservas y soñarse libre en un entorno que no concebía la libertad de las mujeres, ni siquiera de las más inteligentes y bellas, ni siquiera de su propia Reina.
“El Pergamino de la Seducción” es una obra que afirma el rol crucial de las mujeres en la historia y evidencia como los “historiadores” y estudiosos, hombres al fin, se ensañaron y ensañan con las vicisitudes y pecados de las féminas para opacar su legado. Juana de Castilla es una más de las víctimas de un reduccionismo histórico que condenó a la hoguera a muchas de las mejores mujeres de la historia, nuevas tesis e investigaciones ayudarán a refutar, cuestionar y debatir, ciertas patrañas y supersticiones de las damas, señoritas y brujas demonizadas por las enciclopedias.
Dirección, producción y textos: Fernando Endara I.
