Pasar al contenido principal

Carlos Carrión. El Deseo que lleva tu nombre

Carlo Carrion
 

“El deseo que lleva tu nombre” es una novela romántica que se construye a partir de las sensaciones y deseos de los amantes. El erotismo está presente desde las primeras páginas, llenándolo todo con simbolismos sutiles, plantas ornamentales y deseos carnales. Carlos Carrión nos entrega una novela sabrosa, nínfula y conmovedora, “que plantea la ambivalencia de lo masculino y femenino: fascinación y repulsión; miedo y adoración”. La prosa erotizada maneja imágenes audaces, sátira política y habla coloquial, para reflejar una historia de amor prohibida, aderezada con toques de humor sorpresivos, ridículos e irónicos, en la urbe lojana (Ecuador) de finales del Siglo XX.

Juventino Vargas es un profesor de lengua y literatura (castellano) cuarentón, solterón, bonachón; su existencia transcurre entre dar clases en el colegio, escribir su novela y cuidar sus plantas repartidas por toda la casa, que incluye un jardín y un huerto frutal. Acostumbrado a la soledad, no espera que nada ni nadie pueda arrebatarle ese precioso tesoro forjado de traumas infantiles, inseguridad con las mujeres y dendrofilia hacia las papayas. Su vida da una “vuelta de tuerca” cuando Lilia Piedra: tierna, loca, adorable, insuperable, su estudiante de 13 años, (su mujer), le entrega una carta olorosa a Jazmín con las palabras: “Te amo”. No podrá alejar las fragancias del Jazmín nunca más; tampoco podrá evitar que Lilia aparezca en su casa, que se quede a vivir, que lo desnude para enseñarle el amor, que llene su soledad con alegrías inesperadas, arrebatadores orgasmos y un montón de animales.
 

carlo carrion


El huerto se llena con el Patojo (Loro), el Pipo y el Motita, (Perros), el Jasón (Gato), la chiva aficionada a devorar calzoncillos, calzones y banderas tricolor nacional, la iguana, los pollos y el conejo. Animales todos que protegen a Lilia de la orfandad: su madre muere y su padre la abandona dejándola al cuidado de una abuela en Malacatos, pequeña ciudad al Sur de Ecuador de donde proviene el autor. Después deja el campo para ir a Loja a estudiar; pero debe abandonar su precaria vivienda compartida con “La Gorda” por desavenencias zoológicas. Al poco descubre el fuego del enamoramiento y con encanto y suprema seducción se instala en la casa, en el corazón, en el alma de su licenciado (profesor).

En la casa se vive la pasión, no hay espacio para las prendas o los egoísmos. El la baña, la maquilla y la peina. Ella cocina y con su magia enciende las brasas apagadas que ahuyentan la soledad. Su amor es prohibido y lo saben; lo disfrutan sin importarlo mientras el teléfono suena de forma inexplicable a cada momento y afuera en el mundo, bulle el caos político. Inspirada la pluma de Juventino, da rienda suelta a la creatividad en su novela: las aventuras del muchacho Julio Villa enfrentándose al malvado profesor Peñarreta y buscando el amor de Lina, a través de sus cientos de cartas sin entregar. Historia que por cierto a Lilia le encanta escuchar de los labios de su amado.

Carlos Carrión, en efecto, es como dice Hernán Rodriguez Castelo “el más erótico de los escritores ecuatorianos”. En esta, su primera novela publicada en 1989, nos entrega personajes entrañables: Juventino Vargas y Lilia Piedra. El pedófilo y la lolita; pero con más corazón y más voluptuosidad que el parco “Humbert Humbert” y “Dolores Haze”, la interesada. Un amor que está por encima de algunas normas o restricciones que pone la sociedad, y que Carrión sabe manejarlo con precisión de cirujano, con estilo, con elocuencia y palabrotas.
 


La novela es rica en descripciones, aromas y simbolismos, requiere un lector implicado en los acontecimientos, en cada palabra y emoción, en cada caricia ilícita, para percibir la crecida y la decrecida del calor y la fogosidad. Las mieles del amor se agrían, la pasión desaparece de pronto fulgurante, el pudor vuelve al cuerpito adolescente que de pronto parece seducida por el mismo Julio Villa que sale de las páginas de la novela de Juventino; o quizá tomó la mejor decisión nada más. Y acabó dejándolo solo, a pesar de los 3 candados, del vestido de novia, de las deudas y los apuros, a pesar del huerto de animales.

Carlo Carrion 2
 
Descarga el audio (botón derecho)