Los dueños de molinos y manufacturas en los centros industriales británicos importaban monedas hispanoamericanas y las marcaban con sus propias estampas, alterando el valor nominal de la moneda e incrementando el de su contenido en plata como una forma de asegurar que el dinero fuera aceptado y se mantuviera en circulación. Estas piezas de ocho alteradas fueron intercambiadas por los trabajadores de los molinos británicos en las tiendas de las fábricas y en los puntos de venta locales. La práctica de contramarcar las monedas hispanoamericanas se incrementó junto a los precios y los salarios, e incluso es visible en posteriores estampaciones de monedas de cinco chelines. Esta práctica aportó una solución vital para un serio problema en la industria algodonera. Las monedas contramarcadas son evidencias materiales de un tiempo de grandes cambios en las vidas de los trabajadores británicos.
Pieza de ocho con una estampa de Ballindalloch Cotton Works
Pieza de ocho de Carlos III de 1782, acuñada en México y contramarcada con la estampa de los Ballindalloch Cotton Works en Escocia (cortesía de los Trustees del British Museum).
Alejandra Irigoin and Bridget Millmore
Lectura adicional
- Flynn, D. (1996) World Silver and Monetary History in the 16th and 17th Centuries (Aldershot: Variorum).
- Irigoin, A. (2018) ‘The rise and demise of the global silver standard’, Handbook of the History of Money and Currency (Singapore: Springer).
- Lin, M.H. (2006) China Upside Down: Currency, Society, and Ideologies, 1808–1856 (Cambridge, MA: Harvard University Asia Center).
- TePaske, J., and K. Brown (2010) A New World of Gold and Silver (Leiden: Brill).
- Von Glahn, R. (1996) Fountain of Fortune: Money and Monetary Policy in China, 1000–1700 (Berkeley, CA: University of California Press).