El Búcaro de Tonalá

Búcaro de Tonalá, c.1675 (Metropolitan Museum of Art, New York. Sansbury-Mills Fund, 2015; dominio público).
Jorge Cañizares-Esguerra

Los búcaros representaban riqueza y salud en la temprana Edad Moderna en la península Ibérica, Italia y Flandes (aunque una de las colecciones más grandes se encuentre en el Victoria and Albert Museum de Londres). Los búcaros de Tonalá, Nata, Chile y Estremoz aparecen a menudo pintados en los bodegones del periodo, signos visibles del esplendor de la grandeza española. Aristócratas y burgueses a la moda consumían arcilla (supuestamente de Armenia, pero en realidad de Estremoz, Portugal) en forma de pasteles envueltos con el sello del Sultán. Eran bocados que parecían cuentas de rosario, hechos de arcilla mezclada con harina, azúcar, canela, clavo, nuez moscada, aceite de bergamota (un extracto de un cítrico parecido a la naranja), vainilla, ámbar y almizcle. También hacían las veces de píldoras anticonceptivas para los pudientes. Una vez cocida e ingerida, la arcilla de búcaro disminuía el nivel de hierro en la sangre, causaba palidez e interrumpía la menstruación. Mujeres de alterne y prostitutas consumían arcilla de Tonalá y Estremoz para controlar la natalidad. Se consideraba que los búcaros de Tonalá (Guadalajara, Nueva España) eran los mejores para evitar el embarazo. Asimismo, al evaporarse el agua de las vasijas, un delicioso aroma impregnaba la atmósfera. El agua residual en el fondo de estos recipientes se enfriaba y adquiría el sabor de la arcilla Así, los búcaros se convirtieron en humidificadores perfumados. Es probable que los primeros en producir búcaros fueron los frailes franciscanos, quienes llegaron a la ciudad de Tonalá al hilo de la conquista de Nueva Galicia por Nuño de Guzmán en 1530. Tonalá era el centro político indígena de la región y fue la primera capital del nuevo reino de Nuño de Guzmán. También había sido un centro prehispánico de producción de cerámica.

Lectura adicional
  • Hamann, B.E. (2010) ‘The mirrors of Las Meninas: cochineal, silver, and clay’, Art Bulletin, 92 (1–2): 6–35.
  • Seseña, N. (1991) ‘El búcaro de Las Meninas’, in Velázquez y el arte de su tiempo: V Jornadas de Arte (Madrid: Editorial Alpuerto), 38–49.
  • Urutia, S., and J. de la Fuente (eds.) (1991) Tonalá: sol de barro (Mexico: Banco Cremi).
  • de Vasconcellos Carolina, M. (1905) ‘Algumas palavras a respeito de púcaros de Portugal’, Bulletin Hispanique, 7 (2): 140–96.