En el famoso retrato palaciego de la familia real de Felipe IV, obra de Diego Velázquez, conservado en el Museo del Prado y conocido como Las Meninas, el nombre que recibían las doncellas que asistían a las princesas, una de ellas, María Agustina Sarmiento, le ofrece a la infanta Margarita un búcaro de Tonalá. La palidez y la amenorrea (la ausencia de menstruación) constituían las imágenes ideales de la pureza femenina en el Barroco. La infanta aún era una niña y podríamos asumir que la joven doncella le ofrece agua aromática a la heredera para acentuar su palidez y quizás retrasar su ciclo menstrual.
El Búcaro y Las Meninas
Jorge Cañizares-Esguerra
Lectura adicional
- Hamann, B.E. (2010) ‘The mirrors of Las Meninas: cochineal, silver, and clay’, Art Bulletin, 92 (1–2): 6–35.
- Seseña, N. (1991) ‘El búcaro de Las Meninas’, in Velázquez y el arte de su tiempo: V Jornadas de Arte (Madrid: Editorial Alpuerto), 38–49.
- Urutia, S., and J. de la Fuente (eds.) (1991) Tonalá: sol de barro (Mexico: Banco Cremi).
- de Vasconcellos Carolina, M. (1905) ‘Algumas palavras a respeito de púcaros de Portugal’, Bulletin Hispanique, 7 (2): 140–96.