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  • Jul 20, 2023
  • 4 minutes

Venezuela: la rebelión de los jóvenes para una educación de calidad

Alvis Hernández

En Venezuela, un grupo de jóvenes de todo el país, entre ellos, estudiantes, activistas, lideres comunitarios, pacifistas y defensores de los derechos humanos, se preocupan profundamente por el futuro del país. Ellos, como muchos otros, han experimentado directamente las condiciones precarias de la educación en Venezuela: aulas deterioradas, falta de recursos, profesores mal pagados, entre otros.

Según el informe publicado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la canasta básica de alimentos en Venezuela, calculada para una familia de cinco personas, alcanzó los $571.54 dólares americanos en junio de 2023. Este valor refleja el costo necesario para cubrir los alimentos y productos esenciales para el sustento de una familia en el país.

Es importante destacar que esta cifra contrasta significativamente con el salario mínimo vigente en Venezuela: 130 bolívares al mes. Dicho monto equivale a aproximadamente $4.62 dólares americanos, según la tasa de cambio actual.

Esta disparidad entre el costo de la canasta básica y el salario mínimo refleja las dificultades económicas que enfrentan los ciudadanos venezolanos para acceder a alimentos y satisfacer sus necesidades básicas. El desequilibrio entre los precios de los productos y los ingresos disponibles representa un desafío significativo para la población, ya que se dificulta la adquisición de alimentos y se pone en riesgo el bienestar de las familias.

En medio de este contexto, estos jóvenes valientes y apasionados decidieron alzar su voz y convertirse en los protagonistas del cambio que tanto anhelaban. Se reunieron en pequeños grupos y utilizaron una página web como su estrategia principal. Crearon una campaña noviolenta llamada “Denuncia en línea”, con la idea de recopilar información sobre la falta de acceso a una educación de calidad para los jóvenes y la injusticia en el pago de salarios a los profesores. Lo que se busca es generar conciencia, presionar a las autoridades y promover cambios que garanticen una educación de calidad y una remuneración justa para los docentes, de una manera participativa y noviolenta.

Con ingenio y creatividad, estos jóvenes narraron historias conmovedoras sobre su experiencia educativa. Publicaron fotografías de aulas desgastadas, mostraron los libros de texto deteriorados y compartieron testimonios de profesores que se esforzaban por enseñar a pesar de las limitaciones, es importante destacar que muchos de ellos se enfrentan a desafíos adicionales. Uno de estos desafíos es la limitación en la frecuencia de las clases que pueden impartir. Debido a sus bajos ingresos, algunos profesores se ven obligados a dar clases solamente dos días a la semana.

Esta realidad se debe a que los ingresos que reciben no les permiten cubrir los gastos logísticos necesarios para llegar al centro educativo, como transporte y comida. La falta de recursos económicos dificulta su movilidad y acceso regular a las escuelas, liceos y universidades, lo cual impacta negativamente en la calidad y continuidad de la educación que pueden brindar a los estudiantes.

A través de videos emotivos y mensajes poderosos, los jóvenes lograron ilustrar la realidad de la educación venezolana y cómo afecta directamente a cada estudiante. La estrategia principal fue promover la participación colectiva y empoderar a los jóvenes para que hicieran oír su voz, expresándose libremente y desde el anonimato.

Estos jóvenes también se unieron en una estrategia de presión pacífica, organizaron marchas y manifestaciones en todo el país, llevando consigo pancartas coloridas y mensajes inspiradores. Su enfoque era claro: querían que sus voces resonaran en cada rincón de Venezuela y que las autoridades comprendieran que la educación era una prioridad indiscutible.

A medida que su movimiento crecía, los jóvenes también implementaron técnicas de participación ciudadana. Se organizaron asambleas estudiantiles en las escuelas y universidades donde se discutieron propuestas para mejorar el sistema educativo. Estas asambleas sirvieron como espacios de diálogo abierto para que los jóvenes expresaran sus ideas y puedan contribuir a la construcción de soluciones concretas.

La campaña noviolenta llevada a cabo por estos jóvenes venezolanos es un ejemplo de valentía y perseverancia. A través de la presión pacífica y la participación ciudadana, los jóvenes lograron captar la atención de la sociedad y de las autoridades. El objetivo final consiste en lograr una reestructuración del sistema educativo para que las generaciones presentes y futuras puedan disfrutar de una educación de calidad y transformar la historia de Venezuela. Aunque su camino está lleno de desafíos y obstáculos, estos jóvenes no pierden la esperanza. Su lucha noviolenta se convirtió en un relato de inspiración y un llamado a la acción. A medida que el tiempo pasaba, más jóvenes se unieron a su causa, fortaleciendo el movimiento y aumentando su influencia en la sociedad.

La lucha conjunta de los jóvenes y los profesores es un poderoso testimonio de solidaridad y resistencia. Juntos lograron generar conciencia y presionar a las autoridades para tomar medidas concretas en favor de la educación en Venezuela.

A pesar de no haber obtenido resultados tangibles hasta el momento, estos jóvenes demuestran una gran determinación y pasión por cambiar la situación en su país. Su perseverancia refleja su profundo compromiso con la justicia, los derechos humanos y el bienestar de su sociedad.

Texto publicado el 19 de julio del 2023 con el apoyo de FES


Alvis Hernández

Apasionado por los derechos humanos y la justicia social. Creyente en el poder de la juventud para generar un cambio positivo en el mundo

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