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  • Abr 05, 2023
  • 4 minutes

Las Baikas: una comunidad ciclista de mujeres que pedalean y resisten

Valeria Morales

Frente a contextos adversos, las personas podemos responder con acciones noviolentas que con el tiempo generen cambios fundamentales. La bicicleta es una respuesta noviolenta a múltiples factores amenazantes como la violencia de género, el cambio climático o también puede presentarse como una forma de empoderamiento político. En Nicaragua, después de la crisis sociopolítica de 2018 que acabó con espacios de recreación y en medio de la pandemia en el 2020 que incrementó los niveles de estrés y depresión, nació Las Baikas: una comunidad ciclista con enfoque de género que promueve el uso de la bicicleta como herramienta de empoderamiento en niñas y mujeres de todas las edades.

Esta comunidad en Managua es, para muchas mujeres, un espacio seguro motivado principalmente por la bicicleta, pero también por la sororidad, la amistad y el respeto que existe entre todas. El contexto particular de Nicaragua ha mermado el disfrute de derechos sociales y políticos. La bicicleta ha sido una estrategia de resistencia contra la violencia estatal, vial y de género. Por ello, Las Baikas es una experiencia feminista de resistencia donde transversalmente usamos la bicicleta para trabajar en tres aspectos fundamentales: la participación de las mujeres y de la primera infancia en el deporte y su empoderamiento, el uso de la bicicleta en el impacto medio ambiental y la visibilización de mujeres y niñas ciclistas en el espacio público.

Como colectiva nos hemos propuesto un trabajo de incidencia por y para mujeres y primera infancia. A lo largo de estos años hemos convocado rutas ciclistas para nivel principiante e intermedio, al mismo tiempo que hemos dado acompañamiento en el proceso de adaptación a la bicicleta como deporte o como medio de transporte. También hemos realizado talleres de seguridad vial, así como talleres de mecánica básica para la bicicleta.

A través de estas acciones se logra promover la participación de las mujeres y la niñez en el uso de la bicicleta. Por otra parte, como grupo vulnerabilizado, experimentamos una nueva forma de libertad y de meditación activa que, a lo largo del tiempo, se vuelve un modo de resistencia noviolenta contra el acoso callejero y otras prácticas machistas que son recurrentes en grupos de ciclistas.

Las Baikas también tienen un enfoque ambientalista ya que hemos convocado a rutas de ciclistas con temáticas medioambientales como la gira del agua, que tuvo por objetivo concientizar sobre el uso del agua y la contaminación en el Lago Xolotlán de Managua. O la gira a la Laguna de Apoyo para conmemorar el Día de la Tierra, visibilizar y reducir la contaminación en el lugar y compartir buenas prácticas ambientales. O la rodada naturalista, donde participamos en el conteo navideño de aves en el 2021 en alianza con otros colectivos ambientalistas. De esta forma, la bicicleta se convierte en una estrategia de defensa ambiental noviolenta. Es también, por excelencia, uno de los medios de transporte alternativos a los automóviles porque genera un mínimo de impacto ambiental, a la vez que mantiene a la persona con un buen estado de salud.

¿Por qué crear un colectivo de ciclistas por y para mujeres y primera infancia? Porque involucrar a las mujeres y a la niñez en el uso de la bicicleta representa una visibilización de su participación en el deporte y, especialmente, en el uso del espacio público. En Las Baikas hemos propiciado el diálogo y la organización en relación al feminismo, a la democracia, al medio ambiente, a la salud y recreación, entre otros temas que, llevados al espacio público, representan formas de protesta.

Por ejemplo, para conmemorar el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, y el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, convocamos a rodadas por la ciudad de Managua donde únicamente participan mujeres y niñas, resguardadas y guiadas por compañeras ciclistas. Para muchas significa un día de fuerza y resistencia frente al contexto sociopolítico que vivimos en el país ya que protestar es un delito, pero a través de la bicicleta logramos posicionarnos políticamente. La bicicleta es resistencia y la organización es fundamental.

Actualmente, la colectiva sigue apostando por el uso de la bicicleta como forma de empoderar a las mujeres y a la niñez y, pese a las adversidades y efectos de la crisis nicaragüense, seguimos motivándonos, seguimos resistiendo.

Al cierre de este artículo, les comparto: las y los ciclistas somos ciudadanos que luchamos por espacio en la vía pública al enfrentarnos a múltiples retos como la violencia vial, el acoso callejero y la falta de empatía. Pero, a la vez, luchamos todos los días contra el consumismo porque nuestro medio de transporte reduce la emisión de gases contaminantes, no compramos combustibles ni ocupamos demasiado espacio y ahorramos tiempo y dinero. Luchamos contra el sedentarismo al ejercitarnos día a día y al estimularnos una meditación para nuestra salud mental. Luchamos contra la desigualdad social y la violencia de género al posicionarme yo, como mujer ciclista, y al inspirar a otras a que se suban a la bici y se empoderen. Es importante reconocer el poder de la bicicleta como resistencia noviolenta sostenible, eficaz y divertida de vivir.

Valeria Morales

Migrante centroamericana, abogada y ciclista urbana. Activista de los derechos humanos, con especial atención, en mujeres y niñez.

Publicado el 05 de abril del 2023

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