Por: Jean-Sonel Basquin*
Cuando Jean-Bertrand Aristide alcanzó la presidencia de Haití, este fue derrocado siete meses después. Desde aquel momento, la situación política del país no dejó de deteriorarse hasta el retorno del presidente depuesto en 1994. Inclusive, las cosas fueron especialmente complejas durante su reñida reelección en noviembre de 2000. Dos años después, la coyuntura política y social presentaba otro escenario: Aristide tuvo que enfrentar las reivindicaciones de los estudiantes de la Universidad Estatal de Haití y a una oposición cada vez más visible que procedía tanto de los sectores de clase media y acomodada como de las zonas obreras, en particular, de los campesinos del centro del país.
La historia del movimiento estudiantil de la Universidad Estatal de Haití tuvo dos etapas, cada una atravesada por diferentes reivindicaciones: una reivindicación académica, que se desarrolló entre julio y diciembre del 2002; y, una reivindicación política, que inició en diciembre del mismo año hasta la salida del presidente Jean-Bertrand Aristide, el 29 de febrero de 2004. Este texto, concretamente, se centrará en las reivindicaciones académicas con el fin de visibilizar la lucha colectiva noviolenta liderada por los estudiantes haitianos contra cualquier forma de autoritarismo gubernamental para tutelar la universidad pública haitiana.
En aquellos años, la Universidad Estatal de Haití (UEH) atravesaba por serios problemas. Uno de ellos tuvo que ver con la renovación del Consejo Universitario —el rectorado incluido—, un proceso que se lleva a cabo cada tres años. Las elecciones se realizaron, pero no se alcanzó la mayoría necesaria y esto generó cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso electoral. Las nuevas elecciones se pospusieron para una nueva fecha. Algunos estudiantes se opusieron a estas elecciones y exigieron que, antes de dar este paso, primero deberían resolverse los problemas de gestión en las facultades de la UEH. El Consejo, entonces, como órgano supremo de control, orientación y arbitraje de este centro universitario, trató de solucionar esta situación por la vía del diálogo. Sin embargo, el Gobierno de Aristide, a través del Ministerio de Educación, destituyó al Consejo y designó una Comisión Provisional para gestionar la UEH. No solo eso: también se prepararon dos proyectos de ley para enfrentar la crisis de esta universidad y para reformar la universidad pública haitiana.
Tras estos acontecimientos, los estudiantes de la Universidad Estatal de Haití realizaron dos acciones. Primero, el 24 de julio 2002, se opusieron a la candidatura del rector saliente Pierre Paquiot —quien era del Consejo Universitario destituido y pretendía retomar su cargo— y decidieron ocupar los locales del Rectorado, iniciando una huelga de hambre. En segundo lugar, hubo una decisión judicial relacionada a la universidad que declaró nulo el mandato del Consejo Universitario destituido y ordenó al Ministerio de Educación Superior que intervenga en los asuntos de la UEH. Esta medida puso en riesgo el funcionamiento y el futuro de la universidad, que tiene un alto valor en la sociedad haitiana ya que de sus aulas egresan profesionales que ocupan altos cargos en el país y es, además, una institución que participa en la regulación de la enseñanza superior haitiana. Esta universidad pertenece a uno de los cinco pilares sobre los que se asienta la organización del Estado, como lo indica el artículo 208 de la Constitución.
El Ministerio de Educación optó por echar más leña al fuego: al tener la orden judicial a su favor se sintió con el derecho de tomar decisiones sin medir las consecuencias. Así, el 27 de julio del 2002 publicó un comunicado en el que revocaba a las autoridades ejecutivas legítimas de la Universidad Estatal de Haití, sustituyéndolas por una Comisión Provisional y deteniendo el proceso electoral en curso. No conforme con esto, el ministerio también nombró a un nuevo rector al frente de la Universidad Estatal de Haití, una medida contraria a la Constitución y al marco normativo que rige la Universidad Estatal de Haití. De esta manera se puso a una institución académica autónoma e independiente bajo la supervisión de un ministerio y se produjo una gravísima crisis en la más importante institución nacional de enseñanza superior. Todo esto desencadenó la lucha estudiantil. Los estudiantes se sintieron amenazados porque ya no existía autonomía universitaria a raíz de la decisión ministerial. Dicho de otro modo: ya no se podían realizar elecciones legítimas para sustituir al Consejo Universitario, un derecho que la constitución les otorgó tras la dictadura de François Duvalier.
Entonces, los estudiantes universitarios decidieron aplicar diversas acciones y estrategias noviolentas: conferencias, huelga de hambre, sit-in — manifestación noviolenta que consiste en sentarse en grupos en la vía pública—, música, poesía, teatro, arte, marcha pacífica, manifestaciones, entre otras. A partir de ahí, se creó el Frente de Resistencia en la Facultad de Ciencias Humanas de la UEH y se empezó a sensibilizar a todas las universidades públicas del país, dando conferencias sobre la autonomía universitaria, la reforma universitaria, las luchas estudiantiles en América Latina y el mundo. Todo ello acompañado de numerosos mítines.
El 13 de agosto de 2002, los estudiantes decidieron organizar una marcha pacífica en las calles de Puerto Príncipe mientras “les chimères” —Las quimeras: esbirros a favor del expresidente Jean-Bertrand Aristide, organizados en bandas armadas y sembrando el terror en Haití en el periodo comprendido entre 2001 y 2005— y los partidarios del gobierno, rodeaban la UEH.
Tres meses después, en noviembre de 2002, se realizaron al menos tres manifestaciones. La primera se organizó frente al parlamento haitiano. Allí acusaron al presidente Jean-Bertrand Aristide de ser el causante de todo lo que estaba ocurriendo dentro de la universidad pública y le pidieron que dejara el poder porque no era digno de desempeñar el papel de presidente, en particular, por todas las irregularidades que se produjeron durante las elecciones nacionales que lo llevaron al poder. En la segunda manifestación hubo más de 5000 personas, en su mayoría estudiantes, que se concentraron en las calles de Puerto Príncipe a favor de la independencia y la autonomía de la UEH. Durante esta manifestación, dirigida por el Consejo Universitario y el Frente de Resistencia, la comunidad universitaria recuperó el rectorado ocupado por el Consejo Provisional que el gobierno había nombrado. Luego, una tercera gran movilización se produjo frente al Palacio Nacional. Ahí se exigió al gobierno que retire las medidas relativas al nombramiento de una Comisión Provisional para dirigir la UEH.
La presión mantenida por los estudiantes hizo que Jean-Bertrand Aristide se reuniera inesperadamente con el Consejo Universitario. Finalmente, el 2 de diciembre de 2002, una decisión del Ministerio de Educación Nacional derogó el decreto del 27 de julio de 2002 y, poco después, se anunció también la dimisión del ministro de Educación Nacional.
Para los estudiantes, la primera victoria fue la retirada del decreto del 27 de julio que nombró a un rector al frente de la Universidad Estatal de Haití por el gobierno de Jean-Bertrand Aristide y la segunda victoria fue la dimisión del ministro de Educación Nacional al mismo tiempo. Hay que decir que la participación de diferentes sectores sociales de la vida nacional en este movimiento fue un hecho innegable.
Este movimiento estudiantil se convirtió, al final, en portador de un cambio que podría sacar a la población haitiana de la miseria infrahumana en la que vive desde hace siglos.
*Jean-Sonel Basquin
Es un activista y educador licenciado en gestión de proyectos de desarrollo. En 2020 participó en el Programa Regional para el estudio y la práctica de la acción estratégica noviolenta en las Américas (Quito, Ecuador). Está creando un centro con otros jóvenes para responder a algunos de los problemas de la sociedad haitiana.
Publicado: 30 de agosto del 2022