Ana Ester Pádua Freire
El proceso electoral brasileño ha sido un importante instrumento democrático de acción noviolenta. No solo es el acto de votación, se trata también de que presentarse a cargos ejecutivos y legislativos ha sido una vía de resistencia a la violencia de parte de losgrupos considerados minorías. Entre ellos destaca la población transgénero que ha resistido a la violencia a través de una presencia articulada en la política brasileña.
Según el Dossier: asesinatos y violencia contra travestis y transexuales brasileñas en 2022, elaborado por la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales, ANTRA, Brasil es el país que más asesina a personas trans en el mundo, de acuerdo a los datos del proyecto de investigación Trans Murder Monitoring. Ahí se indica que, entre 2008 y 2022, Brasil ha acumulado el 37.5% de todas las muertes de personas trans del mundo. Acompañando estos datos, la Rede Trans Brasil, en su documento Registro Nacional de Asesinatos y Violaciones de Derechos Humanos de las Personas Trans en Brasil (2022), afirma que, en relación a los asesinatos de personas trans en el mundo, el 68% de todos los asesinatos registrados ocurrieron en América Latina y el Caribe, donde el 29% del total sucedió en Brasil.
Frente a este escenario de extrema violencia contra las personas trans se ha notado una importante articulación de esta población, especialmente, en el ámbito de las candidaturas electorales. La ANTRA, en las últimas elecciones generales en Brasil en 2022, mapeó 79 candidatos trans, de los cuales 70 eran travestis y mujeres trans, cinco hombres trans y cuatro candidatos con identidades no binarias. Esto es 49% más que en las elecciones nacionales de 2018. ANTRA también mostró que fueron elegidas cinco candidatas trans, dos como diputadas federales —Erika Hilton (São Paulo) y Duda Salabert (Minas Gerais)— y tres como diputadas estatales —Linda Brasil (Sergipe), Dani Balbi (Río de Janeiro) y Carolina Iara (São Paulo). Las dos primeras figuran entre los cincuenta diputados y diputadas federales más votadas en Brasil.
Pese a que la Ley No. 14.192/2021, conocida como Ley de Violencia Política que fue sancionada en agosto de 2021, instituye normas para prevenir, reprimir y combatir la violencia política contra las mujeres durante las elecciones y en el ejercicio de los derechos políticos y funciones públicas, el proceso electoral fue marcadamente violento. Por ejemplo, en el día de las elecciones, Duda Salabert tuvo que ir a votar con un chaleco antibalas porque, como se afirma en el artículo de Estado de Minas (2022), recibió nueve amenazas de muerte durante su candidatura. Según la presidenta de la Rede Trans Brasil, Tathiane Araújo, esta violencia consolida un escenario de gravísimas violaciones de los derechos humanos porque impiden la plena experiencia democrática de la representación y la participación política.
En este contexto de violencia contra las candidatas trans es importante señalar que Duda Salabert fue la segunda candidata más votada en el estado de Minas Gerais. Y este segundo lugar dice mucho sobre cómo se ha construido la polarización política y, por lo tanto, ideológica en Brasil. Esto quiere decir que, por un lado, hay una tendencia política hacia ideales progresistas, como la protección de las minorías y el respeto de los derechos humanos; aunque, por otro lado, existe un fuerte conservadurismo político que se ha estructurado a través del fundamentalismo evangélico. El candidato que en Minas Gerais recibió más votos que Duda fue uno de los representantes más jóvenes de la extrema derecha brasileña, Nikolas Ferreira. A sus 26 años, Nikolas no sólo fue el más votado en el estado de Minas Gerais sino en todo Brasil, recibiendo 1.492.047 votos, mientras que Duda recibió 208.296 votos. Esta diferencia de votos muestra cómo la extrema derecha se ha articulado desde las bases, fortaleciendo las candidaturas de jóvenes que disputan agendas morales. Nikolas no es sólo un nombre que destaca en política, también es uno de los personajes más importantes de la juventud cristiana evangélica que construye una agenda política basada en el fundamentalismo religioso. Aún así, con casi un 86% menos de votos que Nikolas, Duda está en el Congreso Nacional brasileño, y no está sola. La acompaña Erika Hilton, un nombre que destacó en las elecciones municipales de 2020 por ser la concejala más votada de Brasil.
Erika, travesti y negra, en una entrevista a CNN Brasil (2023), dijo ¡Ocupamos lugares antes inimaginables! La ocupación del espacio público por personas transexuales es el inicio de un período de restauración histórica de la violencia contra esta población en Brasil. A menos de un mes de su mandato, Erika divulgó en sus redes sociales que, junto con la Alianza Nacional LGBTI, se está articulando la creación de un Frente Parlamentario Mixto en defensa de la ciudadanía y de los derechos LGBTI+. Lo que antes era inimaginable es ahora una realidad con poder transformador que se organiza a través de prácticas democráticas de noviolencia. Ya es posible imaginar otro futuro para la población trans en el que la justicia, la dignidad y la equidad construyan una democracia que represente verdaderamente a todas las personas.
Ana Ester Pádua Freire
Teóloga brasileña, máster y doctora en Ciencias de la Religión. Copresidenta del Consejo de Administración de la GIN-SSOGIE. Miembra de la Asociación Brasileña de Estudios Transhomoculturales (ABETH). Activista LGBTIA+.