Solange Saballos
Abril del 2018. Nicaragua está siendo violentada por su propio estado. Imágenes y videos de ciudadanos agredidos por la policía nacional o la juventud sandinista, uno de los brazos del gobierno orteguista, inundan las redes sociales como un grito de auxilio: los protestantes se manifestaban pacíficamente contra las reformas al Seguro Social que no les beneficiaban.
A más de 8000 kilómetros de distancia, la diáspora nicaragüense más grande en Europa se está organizando para protestar. No se conocen entre sí, pero el mensaje se transmite velozmente a través de WhatsApp y Facebook: #SOSNicaragua. Hay que salir a protestar en contra de la masacre que se está perpetrando bajo las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes se han mostrado como una dictadura bicéfala que domina al país.
Horrorizados, los nicas en España son testigos en sus redes sociales personales de una pesadilla que se creía sepultada en el pasado, particularmente en 1990, cuando Violeta Barrios de Chamorro derrotó a Daniel Ortega —el eterno y único candidato del sandinismo desde su fundación, en elecciones nacionales—. Doña Violeta concedió perdón y olvido por medio de una amnistía a los atroces crímenes ocurridos durante la revolución sandinista. A lo mejor es por eso que una de las consignas y hashtags más populares de la insurrección de abril haya sido #NiPerdónNiOlvido.
Es menester recordar que Nicaragua adoleció de una dictadura familiar por 43 años: la dinastía somocista (1937-1979). Esta fue derrocada por una amalgama de movimientos sociales, acciones ciudadanas y un partido político-militar de izquierda conocido como el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1979, iniciando la Revolución Popular Sandinista (1979-1990). Este hecho histórico también fue conocido como la segunda revolución socialista en América Latina después de Cuba.
Volviendo al estallido social de 2018, hubo una novedad en la historia política de Nicaragua: esta fue la tercera ciberprotesta a nivel nacional y la primera que exigía la salida del régimen Ortega-Murillo (ORMU). Además, se usaron los colores de la bandera nacional para identificar el deseo de democracia y se declaró que la vía pacífica sería su estrategia y no la lucha armada. Todo esto empleando las redes sociales como “un instrumento para facilitar y acelerar la comunicación y la coordinación, y también para dar la voz de alarma”, tal como indicó el sociólogo nicaragüense José Luis Rocha.
Hoy en día las y los nicaragüenses han renunciado a las armas y se han empeñado en tratar de elaborar estrategias noviolentas para enfrentarse al régimen ORMU. En 2018 surgió un término de gran importancia que simbolizó el deseo de independencia del pensamiento político en la ciudadanía nicaragüense: se nombraron a sí mismos “autoconvocados”.
Pero, ¿qué implicó ser autoconvocado en 2018? Significó que un ciudadano nica acudía a protestar a las calles por voluntad propia, sin necesidad de ser azuzado por ninguna organización política. Simplemente porque así le impulsan sus ideales. La identidad autoconvocada se encontraba íntimamente relacionada con ser opositor al régimen sandinista. Pero, para muchos esto también significó alejarse de los discursos de partidos políticos tradicionales. La autoconvocatoria tuvo un marcado componente de movilización ciudadana donde el individuo pudo actuar como sujeto político sin necesidad de recurrir a una validación institucional o partidaria.
Autoconvocados, fue así como se definieron las comunidades nicas en Europa. La comunidad nicaragüense en España fue una de las primeras en organizarse internacionalmente. Desde el 23 de abril comenzaron a protestar contra los asesinatos ordenados por el régimen, es decir, apenas 5 días después de iniciada la insurrección de abril. A esta acción le siguieron varias actividades similares en distintas ciudades de España. Poco a poco se fueron conformando diversos grupos autoconvocados, desarrollando actividades que llegaron a captar la atención de los medios de comunicación en repetidas ocasiones. Esto causó impacto e interés en la opinión pública tanto nicaragüense como europea.
Existe una gran articulación a nivel europeo llamada SOS Nicaragua-Europa, que aglutina a distintos grupos autoconvocados presentes en el continente para coordinar acciones que denuncian los abusos del régimen Ortega-Murillo. Cada agrupación conserva su autonomía y poder de decisión. En España existe una mayor cantidad de agrupaciones de ciberactivistas autoconvocados, por lo que suelen llamar más la atención de los medios de comunicación y la opinión pública. Sin embargo, otras agrupaciones también han destacado por su labor incansable e incidencia política desde Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Reino Unido, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Noruega y Holanda.
Cada actividad impulsada para denunciar al régimen ORMU suele ser autogestionada por las personas que conforman las distintas agrupaciones de nicaragüenses, es decir, sus miembros ponen dinero de su propio bolsillo para poder llevarlas a cabo.
En el caso de SOS Nicaragua-Europa se han estructurado cinco mesas de trabajo con sus respectivas estrategias, en seis temas: comunicación, apoyo a los refugiados, incidencia política, derechos humanos, justicia y fortalecimiento de Nicaragua. Hay, además, una mesa que se dedica a la coordinación. Se ha indicado que en cada una de esas mesas puede participar cualquier nicaragüense que apoye los objetivos de esta organización y desde cualquier país en el que se encuentre, de modo que todos los países trabajen de forma “unida y coordinada”. La comunicación en redes sociales, así como la transmisión de información, se coordinan entre varios grupos con el apoyo de instituciones en España y Nicaragua.
Por otro lado, también existen agrupaciones que están más institucionalizadas y legalizadas que cuentan con fondos provenientes de la cooperación española o de parroquias católicas para la organización de actividades offline. Existen también las que se han aliado con organizaciones políticas de oposición de Nicaragua como, por ejemplo, la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), la Articulación de Movimiento Sociales (AMS) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD). Estas han creado sus propios capítulos en Alemania, Reino Unido y España, principalmente. SOS Nicaragua-Europa también se relaciona con estos grupos que son más político-partidarios y para nada autoconvocados. Esto ha causado fuertes tensiones ideológicas. Otro asunto tiene que ver con el nacimiento de medios de comunicación creados por periodistas exiliados en España, tales como Despacho505 y Agenda Propia, así como la presencia de la red feminista nicaragüense con expresiones en distintas ciudades españolas como Madrid, Barcelona, País Vasco, Aragón, entre otras.
Algunos grupos articulados en SOS Nicaragua-Europa han mantenido su carácter “autoconvocado”, proclamándose como independientes de esta articulación, y también porque varios de sus miembros actúan de manera coordinada dentro de sus agrupaciones o de forma individual. Otros individuos se mantienen totalmente ajenos a estas comunidades, pero participan en la vida política de la diáspora colaborando con otros grupos o personas fuera de España.
Cabe destacar que uno de los encuentros más grandes de ciberactivistas en Europa fue organizado por SOS Nicaragua-Europa, en Barcelona (2019). Así se reconoció la importancia de España como sede central de las acciones autoconvocadas y opositoras en el continente.
Tanto en España como en el resto de Europa no ha habido enfrentamientos violentos de ningún tipo ya que no hay represión en contra de los nicaragüenses disidentes del gobierno ORMU, así que todas las acciones de protesta han sido pacíficas. Las acciones noviolentas más destacadas han sido las siguientes:
Acciones online: convocatorias en redes sociales, diseño y divulgación de afiches informativos, chats grupales, boicots contra el gobierno de Nicaragua, monitoreo y registro de material expuesto en redes sociales, actualizaciones en informes de derechos humanos, videos en vivo, entrevistas con medios internacionales, campañas de comunicación, generación de etiquetas, creación de cuentas anónimas.
Acciones offline: eventos, manifestaciones, performances, giras musicales, conversatorios, conferencias, proyecciones de películas, exposiciones de fotos, calendarios conmemorativos, kermeses, venta de artículos alusivos a abril, entre otras actividades.
El impacto de estas operaciones ha sido tal que la Unión Europea brindó escucha a los autoconvocados en España, tomando importantes medidas en el ámbito político nicaragüense: los comunicados de Naciones Unidas sobre la violación a los derechos humanos, la visita a Nicaragua de los eurodiputados in situ y del senado parlamentario español (2019) y las consecuentes sanciones impuestas por la Unión Europea a funcionarios públicos a partir de octubre 2019 y que se continúan extendiendo hasta el día de hoy.
Para concluir, hay que recalcar que los grupos autoconvocados en Europa nacieron como respuesta a la insurrección de abril en Nicaragua, creándose de manera más o menos espontánea por medio de las redes sociales para posteriormente estructurarse y nombrarse según su localización geográfica, propósito o ideología. De 2018 a la actualidad, muchos de estos grupos continúan activos y sus demandas han sido la realización de elecciones democráticas y la salida de Ortega y Murillo por la vía pacífica. Otros, por el contrario, apoyan la moción de una Asamblea Constituyente sin negociar con el régimen. Dentro del espectro autoconvocado se encuentran personas y agrupaciones de todo tipo de ideologías, y muchas veces su único punto de convergencia es su deseo de ver a Nicaragua libre del control dictatorial.
Con el tiempo el concepto de autoconvocado se ha ido desvaneciendo del vocabulario de los medios de comunicación, pero su espíritu perdura en la lucha de la ciudadanía nicaragüense que se opone, desde trincheras personales o colectivas, dentro y fuera del país, a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Solange Saballos
Escritora y periodista nicaragüense. Profesora en lengua y literatura hispánicas (Universidad Autónoma de Nicaragua, 2018). Máster en idioma español y estudios latinoamericanos (Universidad de Bergen, 2022) con la tesis “Ciberactivismo de comunidades nicaragüenses autoconvocadas en España como reacción a la insurrección de abril 2018”. Fue becada por el programa Student At Risk en Noruega debido a su labor periodística y activismo autoconvocado en derechos
Publicado: 28 de julio del 2022