A partir de mis experiencias de formación en América Latina presento una serie de estrategias alternativas para desaprender la violencia que han ayudado a las generaciones más jóvenes y grupos de referentes educativos a transformar los conflictos en sus prácticas cotidianas.
Una de las técnicas que he propuesto en estas formaciones es la ilustración-debate para analizar diversas situaciones de violencia. Para comenzar a elaborar respuestas a estos desafíos presento la ilustración denominada Experiencias enfrascadas:
La idea de los enfrascados está relacionada con la intransigencia y la imposición. Vemos como la libertad de estos personajes está siendo restringida. Estar metidos en frascos no solo limita el acceso a los recursos, sino que también se impone como una expresión de desaliento, limita el poder de expresión; no podemos escuchar sus discursos.
En un mundo donde no existen oportunidades disminuye la posibilidad de poder elegir y tomar decisiones. Esta ilustración nos demuestra cómo es posible excluir al otro.
Ante esta situación, nos preguntamos ¿qué alternativas existen para desaprender la violencia?
Existen conflictos que son urgentes, que no podemos dejar pasar por alto y que necesitan respuestas aquí y ahora para deslegitimar diferentes formas de imposición.
Pero ¿por dónde empezar? ¿Qué respuestas desarrollar?
Queremos detener la violencia de forma inmediata. Para ello es necesario comenzar a elaborar respuestas vinculadas a las urgencias. Las respuestas deben estar relacionadas a que las personas expuestas a situaciones de violencia puedan expresar lo que están viviendo. Cuando la violencia limita sus expresiones, sus historias quedan sin contar, silenciadas. Para ello es necesario descubrir los discursos que están ausentes, excluidos.
Romper el silencio
Cuando se rompe el silencio se construye la narrativa. Es a partir de esto que se le da sentido a reconocer las heridas provocadas por la violencia y la exclusión.
El foco debe estar puesto en las palabras y para ello tenemos que habilitar espacios de escucha activa. Al romper el silencio podemos descubrir los efectos emocionales de la violencia y así identificar cómo afecta en las percepciones, en la comprensión mutua y en la autoestima. Es imprescindible descubrir como las personas afectadas por la violencia perciben que sus historias son legitimadas.
Las narrativas están presentes en todos los conflictos. Rescatar las diferentes historias puede ser un medio poderoso para cambiar las percepciones y actitudes hacia la violencia. Es así como se genera la posibilidad de construir una narrativa diferente ante la desvalorización, los rechazos, los silencios y la opresión. Se propone crear otros significados y, así, cambiar las narrativas que nos permitan definir cómo subvertir las narrativas violentas por narrativas transformadoras y no violentas.
Así rescatamos experiencias silenciadas y, cuando esto se produce, comenzamos a identificar cambios en la capacidad de empatía, en la comunicación asertiva y en la cohesión grupal.
Necesitamos construir una narrativa diferente, que permite descubrir otros significados, como: cuidar, incluir y sentirse parte.
Estas narrativas son las que posibilitan caminos alternativos, que permiten reconocer experiencias, a rechazar discursos dominantes y desafiar estructuras hegemónicas, para comenzar a recorrer el camino que nos lleva a desaprender la violencia.
Las experiencias liberadoras contagian e inspiran y así descubrimos cómo cada uno influye con su actitud en los demás. Además, estirar los brazos supone abrirse al diálogo, aprender a buscar con los otros y esto depende tanto del que está enfrascado, como del que está fuera. Salir del enfrascamiento permite descubrir cómo ambos lados enfrentan la adversidad. Esto nos acerca a pensar en sus actitudes resilientes para buscar alternativas.
Descubrimos que no es una búsqueda en soledad, la búsqueda se da a partir de “un nosotros”. A través de la interacción y cohesión grupal pueden resistir y transformar su realidad. Se resiste a las adversidades a partir de experiencias de resiliencia colectiva.
Cuando los personajes logran salir del enfrascamiento se derrumba ese mundo violento, esa estructura que los mantiene aislados se desmorona.
Para finalizar
La propuesta de formación en talleres de transformación de conflictos requiere ser interpretada como un conjunto de respuestas que permita desentrañar distintas capas, complejidades y problematizaciones que implica rescatar experiencias que han estado excluidas. También significa habilitar lugares de diálogo para que quienes se sientan que han eliminado sus discursos puedan romper el silencio, así también como enfrentar adversidades a partir de actitudes resilientes.
Con el aporte de estas respuestas se propone a las personas que se forman en los talleres que puedan desentrañar las complejidades de un conflicto y definir alternativas.
De los desafíos que nos llevan a construir alternativas para desaprender la violencia aprendemos a transitar por caminos que no están hechos para recorrerlos en soledad.
Ilustraciones tomadas del Método de resolución de conflictos publicado en www.rodrigoayarza.com