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  • Nov 09, 2023
  • 5 minutes

Cali, “la sucursal de la resistencia”

Marian Mejía

Un puño en alto es el nuevo símbolo de resistencia en la ciudad de Santiago de Cali, Colombia. Fue construido por los residentes del barrio Puerto Rellena, posteriormente rebautizado como «Puerto Resistencia» en el contexto de las protestas sociales del 28 de abril del 2021, desatadas en medio de los graves efectos sociales y económicos generados por la pandemia del Covid19 y en rechazo a la reforma tributaria impulsada en el gobierno del expresidente Iván Duque. El monumento se construyó desde una perspectiva local y popular, como una iniciativa simbólica de reconocimiento a las víctimas del paro y una forma de resistencia civil y protesta ante la represión de la fuerza pública.

El monumento se levantó en un momento de alto furor social en el contexto del paro, su construcción fue precedida por el derribo de estatuas a nivel nacional por parte de los manifestantes como una forma de protesta. Ellos argumentaban que no se sentían representados por esos símbolos. Por ejemplo, en Cali y Popayán se derribaron las estatuas de Sebastián de Belalcázar, español fundador de Cali. El derribo lo lideró la comunidad indígena Misak, declarando ante la opinión pública que este personaje histórico había cometido delitos contra los pueblos indígenas, como genocidio y despojo de tierras.  

En el caso de Cali, comúnmente llamada la «Sucursal del Cielo», se renombró como la «Sucursal de la Resistencia» por convertirse en el corazón de las protestas. Hubo diferentes puntos de concentración y fuertes enfrentamientos entre civiles y la Policía Nacional colombiana. Oenegés como Indepaz y Temblores, ubicadas en Bogotá, alertaron sobre el uso excesivo de la violencia por parte de la policía. Estas instituciones señalaron que en las principales ciudades del país se cometían “acciones irregulares” como “omisiones” y “complicidades” que desembocaron en homicidios, detenciones arbitrarias, lesiones oculares, agresiones sexuales, desapariciones forzadas entre otros ataques a los manifestantes. Reportaron que, a nivel nacional, 75 manifestantes perdieron la vida en manos de la policía por el uso arbitrario de la fuerza. 43 de estas muertes ocurrieron en Cali. 

Puerto Resistencia fue uno de los puntos de concentración más reconocidos en Cali. En este barrio las protestas fueron particularmente agitadas. Debido a la ola de violencia vivida en este lugar, y en todo el país, se decidió construir el «Monumento a la Resistencia» como una forma de rechazo a la represión estatal padecida —una acción “justificada” por relacionar al barrio como un lugar peligroso de la ciudad donde se realizaban actos “vandálicos”—. Los residentes de la zona se organizaron en minga: obreros, artistas, vecinos e integrantes de la «primera línea» —grupo conformado por jóvenes de barrios populares que se enfrentaron a la fuerza pública—. Todos se reunieron al calor de las ollas comunitarias avivadas por las mujeres de la comunidad para la construcción del monumento.

Las personas que quisieron apoyar en la construcción del «Monumento a la Resistencia» participaron de diferentes formas, aportando con su mano de obra, donaciones, y cuidados. Este monumento constituye una expresión popular en la que diversas personas organizadas crearon sus propias representaciones y elementos para la narración de la historia del paro del 2021. Su construcción barrial rompe los paradigmas y es contestataria de forma simbólica. Cuestiona la represión policial en las protestas, realizando un ejercicio de construcción de memoria que subvierte narrativas dominantes y estigmatizadoras de la protesta social. Así, el puño multicolor sostiene en alto un cartel con la palabra «Resiste». En él se encuentran plasmados los rostros de los manifestantes asesinados en Cali y en el país, como homenaje. Alrededor también se encuentran los escudos, cascos y piedras utilizados por la «primera línea».

La escultura multicolor fue construida en trabajo colaborativo por la comunidad durante diecisiete días y fue inaugurada el 13 de junio del 2021 con un «cacerolazo sinfónico», en un día festivo que incluyó una amplia agenda cultural con presentaciones de cantantes reconocidos a nivel nacional. Posterior a la inauguración del monumento, la madrugada del 26 de junio del 2021 hubo un intento de desmonte por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD). La comunidad acordonó la estatua para evitar su destrucción, logrando el retiro del ESMAD de Puerto Resistencia.

El posible desmonte del monumento desembocó en una mayor cohesión de la comunidad. Entre las estrategias impulsadas por la gente se realizaron guardias nocturnas para proteger el monumento. También se iniciaron jornadas de recolección de firmas con el objetivo de evitar la demolición y legalizarlo ante el municipio. Aquella iniciativa fue bien recibida, pues el entonces alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, publicó en su cuenta de Twitter que el monumento no se desmontaría, resaltando que sería cuidado por su alcaldía en concertación con la comunidad. También, la comunidad se apropió de este espacio público y a través de un trabajo colectivo logró embellecerlo con la siembra de plantas y flores donadas por los vecinos.

Así, desde el trabajo colaborativo realizado por la comunidad de Puerto Resistencia, se construyó el símbolo de la resistencia caleña que desde el arte rinde homenaje a las víctimas del paro del 2021. Con mucho trabajo voluntario, guardias y cuidados, Puerto Resistencia logró proteger el monumento y evitar su posible desmonte. Ahora, el monumento se encuentra en el lugar donde se presenciaron hechos violentos en el marco del paro para invitar a repensar y resignificar los sucesos vividos en esa ola de protestas. En la actualidad, se conoce como un espacio conmemorativo en el que se encuentran diversos emprendimientos donde se ofrecen artesanías que rememoran y dignifican las vivencias del paro del 2021.

La resignificación de los nombres, el derribo de estatuas y la construcción de un monumento popular, hacen parte de las estrategias de resistencia civil que cuestionan las narrativas violentas y represivas del aparato estatal. El caso de Cali, ahora conocida como Sucursal de la Resistencia, y el barrio Puerto Rellena, ahora renombrado como Puerto Resistencia, es una forma de reconocimiento popular sobre los procesos barriales y populares que se tejieron en el paro del 2021, pese al uso excesivo de la violencia por parte de la Policía Nacional y a los discursos estigmatizadores sobre la protesta social. La construcción del Monumento a la Resistencia es la materialización de un proceso organizativo de la comunidad, que buscó cuestionar y denunciar el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía Nacional al igual que rendir homenaje a las víctimas del paro del 2021.      

Marian Mejía 

Magister en Relaciones Internacionales con mención en Seguridad y Conflicto de Flacso Ecuador. Politóloga experta en métodos alternativos de resolución de conflictos, justicia transicional y construcción de paz. ¡Más caleña que la lulada, ve!

Texto publicado el 08 de noviembre del 2023

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