Aproximadamente 109.000 habitantes de las seis provincias amazónicas hablan la lengua kichwa (Napo 46213 hab., Orellana 29987 hab., Pastaza 17211 hab., Sucumbíos 13210 hab., Zamora Chinchipe 1528 hab., y Morona Santiago 810 hab. Censo INEC, 2010). La gran mayoría de estos hablantes son bilingües kichwa-español.
Varios investigadores (Whitten, 1989; Muratorio, 1998; Oberem, 1980) señalan de la existencia de dos culturas Kichwas Amazónicas en el pasado: los Canelos Kichwas y los Quijos Kichwas.
Según Norman Whitten, los Canelos Kichwas habitaban el área que va desde el Puyo, sobre la cordillera Sigüin, a las cabeceras del río Bobonaza, y toda el área entre los ríos Bobonaza y Curaray hasta el interior del Perú. Los Canelos Quichuas se refieren a sí mismos como Runa (persona /persona indígena), y a su lenguaje como Runa Shimi (habla humana). Whitten (1976a) ve en los Canelos Kichwas una combinación de Achuar y Záparo, siendo la cultura expandida por los hablantes Kichwas (Whitten 1989: 23).
Los Quijos Kichwas, según Whitten, se sitúan entre las áreas del Valle Quijos y Archidona al mismo tiempo. No se tiene casi ninguna evidencia del lenguaje original de los Quijos, y el nombre no es conocido en los lenguajes indígenas de ahora (Whitten 1989: 24). Según Oberem, los Quijos se han movido hacia el Este en distintas épocas, al haber sido los indígenas de la floresta desplazados, esclavizados, o arrasados por enfermedades (Oberem 1971). Los pobladores nativos contemporáneos que viven en los alrededores de Tena, y probablemente de los afluentes al Napo superior, como el Ansuj y Jatun Yacu, representan los Quijos Kichwas contemporáneos, quienes también se autodenominan Runa (Whitten 1989: 24).
Blanca Muratorio señala que “en la literatura etnohistórica y etnográfica, todos los indígenas de Tena-Archidona, así como los que ahora viven en las zonas de Avila, Loreto, y San José de Payamino han sido denominados “Quijos-Quichua” (…) por su posible asociación con la etnia Quijos, hoy desaparecida. Esta denominación, que no tiene ningún sentido de realidad para los citados indígenas que se llama así mismos Napo Runas, ha sido usada principalmente para distinguir a todos los Napo Quichua de los Canelo Quichua que viven en la que ahora es la Provincia de Pastaza (…) Todos los grupos hablan el Quichua del Oriente Ecuatoriano que ha sido clasificado por Carolyn Orr y Betsy Wrisley (1965:iii) en tres dialectos principales: “Bobonaza”, hablado a lo largo de los ríos Puyo y Bobonaza; “Tena” hablado en la región del Alto Napo alrededor de Tena, Arajuno y Ahuano; y “Limoncocha”, hablado por la gente del Medio y Bajo Napo. De acuerdo a esta clasificación, todos los indígenas del área Tena-Archidona hablan dialecto Tena, pero hacen sutiles distinciones entres subgrupos. Así, los Panos se precian de diferenciar su propio modo de hablar- en entonación y vocabulario- de los de Archidona a quienes llaman “Archirunas”, mientras que, de acuerdo a Irvine (1987:52), todos los que hablan el dialecto Tena son llamados “Archirunas” por otros Quichua-hablantes” (Muratorio 1998: 71).
José Miguel Goldáraz, misionero capuchino, en su libro Aprendamos Kichwa: Gramática y vocabulario napeño (2010) se refiere a que en la lengua kichwa existen dialectos claramente diferenciados, pero argumenta que la variante “napeña” es la principal.
“…la única lengua de comunicación de unos 60.000 kichwa-hablantes asentados en las cuencas de los ríos Napo, Curaray, Pastaza, Tigre, Putumayu, Aguarico, San Miguel, Coca, Payamino y el lejanísimo Madre de Dios, hasta donde fueron aventados por la vorágine del caucho grupos kichwas santarosinos, ávilas y loretos. Esta gran nación, lingüísticamente se extiende desde las cabeceras de los ríos ecuatorianos hasta Mazan, Iquitos y el alto Amazonas” (Goldáraz 2010: 12).
Goldaráz se refiere a que no siendo el idioma original de los naporunas el kichwa, éste se ha “nativizado” adquiriendo rasgos espaciales y lingüísticos nuevos (Goldáraz 2010: 13).
Actualmente, la lengua kichwa experimenta rápidos cambios y pérdidas debido a la imposición de nuevas reglas de la educación intercultural bilingüe, de las migraciones, del contacto con el mundo occidental, entre otros motivos culturales y socio-económicos.
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