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El objetivo de esta investigación es realizar una caracterización general de las teorías y procesos de desarrollo local y la economía social, a fin de echar luz sobre algunas tensiones y resultados obtenidos luego de una década de surgimiento de las mismas en nuestro país. Nos planteamos especialmente como objetivo el análisis de la contribución actual y potencial del desarrollo local y la economía social a un proyecto de desarrollo nacional, y del rol que estos procesos pueden jugar en el concierto de una estrategia integral de desarrollo.

Este trabajo es el resultado preliminar de una investigación más vasta en curso sobre el movimiento asambleario ambiental de Gualeguaychú. Como tal, está orientado a comprender la construcción del reclamo en el seno del movimiento y su proyección en la escena pública.

El planteamiento clásico del desarrollo local pone énfasis sobre la potenciación de los recursos endógenos vinculados a factores de proximidad y homogeneidad, de identidad y pertenencia social al territorio. Esta capacidad encuentra desafíos de compleja resolución cuando el espacio territorial presenta condiciones de inserción metropolitana. El contexto de características urbanas, suburbanas y rurales tiene particularidades, que indican ausencia o relatividad de las premisas sobre las cuales se apoya la teoría del desarrollo endógeno.

Chile Emprende ha impulsado una estrategia que tiene relación con los propósitos que se ha fijado el programa de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet: buscar políticas que hagan más equitativa la distribución del ingreso, sosteniendo altas tasas de crecimiento y continuar disminuyendo la pobreza. En ese sentido el principal propósito del gobierno de la Presidenta Bachelet es avanzar hacia la reducción de las desigualdades y para ello plantea su intención de procurar un mejor equilibrio entre expansión económica y equidad social.

Las instituciones multilaterales y globales se han convertido hoy en un campo de lucha privilegiado y de importancia estratégica para los intereses de los distintos sectores sociales, aunque no todos pueden influir en ellos de la misma manera, (Bonano 1995, Ianni 2002). En particular los organismos multilaterales de cooperación han ido adquiriendo especial relevancia en la generación de enfoques y propuestas para enfrentar los problemas del Desarrollo y del Desarrollo rural.

En este trabajo se articulan dos miradas a conceptos que son centrales para el desarrollo: territorio y ruralidad. El territorio tradicionalmente se ha entendido en relación a un espacio geográfico, una población asentada en él, un conjunto de actividades económicas que les permite su crecimiento y supervivencia. Por otra parte, la concepción de ruralidad ya ha escapado de delimitaciones rígidas definidas en términos de poblamiento y de tipo de actividades desarrolladas en tiempos y espacios determinados.

Alejandro Schejtman y Julio Berdegué han señalado que el desarrollo territorial rural debe ser visto como un proceso de transformación productiva e institucional de un espacio rural determinado, cuyo fin es reducir la pobreza. La transformación productiva se refiere a la articulación competitiva de las actividades a los mercados, crecientemente abiertos y la transformación institucional de las reglas formales e informales que reproducen la exclusión de los pobres de los procesos y beneficios de la transformación productiva. Este trabajo busca analizar las relaciones complejas entre transformación productiva e instituciones.

Lo que interesa es destacar las adaptaciones, cambios y resistencias de la población santarrosense ante fenómenos exógenos que han llegado para quedarse, y, al mismo tiempo, contribuir con la evidencia empírica de este caso al entendimiento de lo que hoy constituye una nueva ruralidad, una ruralidad que se está transformando no sólo por la industrialización, sino también por la intervención de las personas y grupos locales que participan cotidianamente en el tejido de su propia historia.

No pasa un día sin que los medios de comunicación informen al mundo de las últimas tragedias humanas ocurridas en las orillas del Pacífico, en el desierto de Arizona en Estados Unidos o en el estrecho de Gibraltar; tragedias que no dejan de provocar emoción, iras e interrogantes sobre estos "viajeros de la era globalizada". La migración no es la novedad del siglo XXI, ya que siempre ha existido como parte integrante de la historia de la humanidad.

Abordar el estudio y entendimiento de los procesos de transformación, resistencia, lucha y movilización social en el área rural desde el "quehacer del investigador" (Borsoti, 2005), no solamente es una labor difícil porque se sabe que no se puede abordar desde "un modelo de ciencia que tiene detrás la reflexión positivista de la ciencia natural" donde no hay propiamente un papel para los sujetos sociales" (De la Garza, 1988:28), sino, además, porque en la actualidad la realidad rural se ha complejizado en su estudio, con la aparición de nuevos actores y sujetos sociales que la transforman endógena y exógenamente.

El presente texto evidencia algunas transformaciones rurales y territoriales de la Ciénega de Chapala, Michoacán, México a la luz de la desecación del lago de Chapala iniciada en el porfiriato. La Ciénega del lago de Chapala toma su nombre por el proceso de desecación que se vivió hacia la segunda mitad del siglo XIX. La extracción pretendía despejar cantidades importantes de agua para que las tierras fértiles resultantes se dedicaran a la agricultura y la ganadería.

Oaxaca (Huaxyacac-bosque de huajes) es uno de los estados más complejos del país por su gran diversidad racial, cultural y geográfica. Ha atravesado por cambios sociales drásticos que van desde la época colonial hasta la consumación del modelo global; lo cual ha devenido en la agudización de problemáticas sociales, económicas y ambientales. Actualmente Oaxaca atraviesa por una de sus mayores crisis ligadas a dichos temas, los cuales se encuentran intrínsecamente relacionados.

El pacto social que sustentaba el Estado benefactor, llamado de distintos modos en América Latina (desarrollista, nacional popular), se ha deteriorado notablemente. Luego del avance de las políticas neoliberales ha sido prácticamente desmantelado. El deterioro no es más que una expresión de los cambios medulares que están sucediendo tanto en la sociedad como en la política.

Durante las últimas décadas del siglo XX, en Venezuela, al igual que el resto de los países de Latinoamérica, los debates se centraron alrededor de la consolidación de la democracia como sistema político del hemisferio y la reforma de los estados hacia la descentralización política y administrativa. Su argumentación, sustentada en experiencias exitosas apunta hacia sus bondades reconocidas, tales como: el incremento de la transparencia, la participación y responsabilidad ciudadana, el reconocimiento de las necesidades de un colectivo en particular, la promoción de la diferenciación y selectividad de las ofertas, una clara y mejor asignación de recursos y la posibilidad de control de la prestación de los servicios públicos. Aspectos que se traducen en efectividad y eficiencia.

¿Cómo participa la población rural de las instancias de gobierno de sus localidades?; ¿Tienen alguna injerencia o posibilidad de influencia o participación fuera de dichos espacios?; ¿Existen otras formas de participación -política- para los pobladores rurales? El análisis de la política y de la participación en los ámbitos rurales se sustenta en una serie de situaciones e hipótesis construidas desde afuera, con información fragmentaria, de segunda mano y muchas veces inexacta.