Desde hace ya algunos años el cine, especialmente Hollywood, ha explotado un novedoso género de aventuras alrededor de personajes y episodios postapocalípticos, con un gran despliegue de imaginación y, por supuesto, con un extraordinario festival de efectos especiales. Todas las películas -y en esto no hay mucha imaginación- giran más o menos alrededor de un héroe o de una heroína a quien corresponde enfrentar el mal, encarnado en tiranos implacables, en seres monstruosos o en personajes venidos del más allá.

Revelaciones fue el título en español de la película de 2000 What lies beneath que dirigió Robert Zemeckis y protagonizaron Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. Es una historia algo retorcida sobre una mujer que comienza a recibir extraños mensajes del más allá y que terminan por plantearle una impactante realidad acerca del pasado de su marido. Una buena cinta de suspenso, por momentos oscura y angustiosa, en la que destaca la ambientación y la notable actuación de Michelle Pfeiffer. La música de Revelaciones corrió a cargo de Alan Silvestri.

En 1992 se estrenó la película “Juegos de patriotas”, dirigida por Phillip Noyce y protagonizada por Harrison Ford, Sean Bean y James Earl Jones. Es un episodio de la vida del agente de la CIA Jack Ryan quien se ve involuntariamente envuelto en un mortal enredo con terroristas irlandeses del Ejército de Liberación de Ulster, una banda disidente del Ejército Republicano Irlandés IRA.

Durante la II Guerra Mundial, en el frente del Pacífico, la inteligencia estadounidense ideó un método para evitar que los japoneses descifren los mensajes secretos que se intercambiaban las unidades. Incluyó en cada una de ellas a soldados de origen navajo para que transmitieran y recibieran las comunicaciones en su idioma. El método dio resultado. Los japoneses no pudieron decodificar más los mensajes de los norteamericanos y eso fue enormemente útil para las operaciones.

Cuando, al incio de la década de 1960, el género western estaba ya en franca declinación, realizadores europeos decidieron tomar la posta para seguir explotando esa modalidad. Después de alguno que otro intento en Alemania y en Francia, fue italia la que definitivamente se tomó la especialidad e inauguró un estilo que habría de tener buena acogida de público, aunque no mucha de crítica. Los italianos mostraron una nueva cara de las aventuras en el oeste.

Uno de los cantantes mejor cotizados en los Estados Unidos en la década de 1970 fue Neil Diamond. Especializado en temas románticos, su voz natural, clara y varonil dio categoría a canciones que se volvieron enormemente populares en su época. Buen compositor además, Neil Diamond escribió la música para la película de 1973 “Jonathan Livinstone Seagull”. Su título en espanol, “Juan Salvador Gaviota”. Basada en la novela del mismo nombre de Richard Bach, que se publicó por primera vez en 1970 y tuvo un enorme éxito, fue dirigida por Hal Bartlett.

Las aventuras del barón Munchausen, película de 1988, está basada en los relatos inverosímiles y en buena medida disparatados de un personaje que realmente existió: Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen. Fue oficial de húsares en la guerra de Rusia contra Turquía, en 1740. No tuvo probablemente un desempeño mayormente destacado en lo militar pero, hombre de ingenio como era, se dedicó a contar a sus amigos y allegados una serie de historias cada cual más fantástica y heroica cuyo protagonista principal, obviamente, era él.

A lo largo de la historia del cine, muchas partituras han llegado a convertirse en verdaderos clásicos, no solamente en el ámbito de la música cinematográfica sino también en el de la música académica. Hoy se interpreta en las salas de conciertos muchos temas pertenecientes a las bandas sonoras originales compuestas por los especialistas más destacados, tanto de la actualidad como de épocas anteriores. Podríamos citar a Nino Rota, Miklos Rosza, Richard Adinsell, Ennio Morricone, James Horner, John Williams, Jerry Goldsmith, entre otros.

Un popular juego de video dio lugar a la película de 2001 Lara Croft Tomb Raider que, pese a la mala recepción de crítica, alcanzó un buen éxito de taquilla. En 2003 los productores quisieron reproducir la buena recaudación con Lara Croft Tomb Raider: The craddle of life, que podríamos traducir libremente como La cuna de la vida. Dirigió esta cinta el holandés Jan de Bont y, como en la cinta anterior, la protagonista principal fue Angelina Jolie. Le secundaron en los demás papeles Gerard Butler, Noah Yaylor y Djimon Honsou.