¿Sabía usted que, aparte de afamado guitarrista y cantante de rock, el ex Beatle Paul McArtney es un serio compositor de obras académicas? Supo orientar también su inspiración -y lo hizo muy bien- hacia piezas de calidad y contenido de alto nivel, demostrando su auténtica capacidad musical y su buen oficio de creador. Escucharemos esta semana, de Paul McArtney, su segunda obra para orquesta y coros: Standing stones.

Alto, extremadamente delgado, algo cadavérico, con el cabello negro revuelto y siempre con traje oscuro, Niccolo Paganini fue una de las más destacadas estrellas del espectáculo musical en el Siglo XIX. Considerado como el más grande violinista de todos los tiempos, alcanzó fama e hizo fortuna con sus interpretaciones espectaculares en las que su apariencia y actitudes eran cuidadosamente preparadas para impresionar al público. De este compositor italiano escucharemos en esta semana la pieza para violín y piano Las Brujas.

No son muchos, lamentablemente, los compositores académicos latinoamericanos que han alcanzado gran prestigio internacional. Entre ellos está Alberto Ginastera, sin duda el más importante de los compositores argentinos del Siglo XX. De él podremos apreciar esta semana en el Escenario de Conciertos el primer concierto para piano. Tendremos también otro primer concierto para piano, el que escribió Franz Liszt quien, por cierto, se tomó 25 años en concluir la obra. Johann Sebastian Bach no compuso conciertos originales para órgano y orquesta.

¿Sabía usted que el austríaco Franz Schubert, autor de maravillosas canciones y piezas para piano del romanticismo, padecía sífilis y frecuentemente se refugiaba en el alcohol? Sus obras no parecen reflejar su tragedia personal ni los padecimientos de su vidacasi miserable. De él escucharemos esta semana la Sonata para piano en Si Menor Op. Póstuma. ¿Conocía usted que todos los conciertos que Johann Sebastián Bach escribió para clavicémbalo fueron transcripciones de originales compuestos para violín y oboe, especialmente?

Vivaldi, Handel, Bach y Purcell, cuatro grandes representantes del período barroco estarán en el Escenario de Conciertos de esta semana. Escucharemos del gran músico italiano uno de sus conciertos para mandolina; de Handel una de sus oberturas; de Bach y en versión para piano la única Pasacaglia y Fuga que compuso originalmente para órgano; y del inglés Purcell la Música para los funerales de la Reina María II.

Franz Joseph Haydn, uno de los compositores más prolíficos e innovadores de la historia de la música, es uno de los invitados más frecuentes en el Escenario de Conciertos de FLACSO Radio. Esta semana podremos escuchar dos de sus sinfonías, la número 2, llamada El filósofo, y la número 108. Estará también con nosotros, con su Rapsodia en Fa para piano y orquesta, el notable compositor británico Ernest Moeran, músico inspirado y muy dado a la vida bohemia. Su afición por el alcohol dio fin a su carrera musical y le provocó demencia.

En forma similar a lo que solía ocurrir con los recitales de violín de Nicolo Paganini, los de piano de Franz Liszt constituían verdaderos acontecimientos que provocaban entusiasmos desbordantes y delirios entre el público, particularmente el femenino. De este gran compositor húngaro escucharemos esta semana en el Escenario de Conciertos su Rapsodia húngara N. 4.

Clara Wieck, esposa del gran compositor Robert Schumann, fue una de las pianistas más notables de su tiempo. Los siete hijos que alumbró y crió no fueron obstáculo para que estudiara, interpretara y compusiera música. Fue la gran promotora de la obra de su marido quien llegó a decir que Clara era mucho mejor pianista que él. Escucharemos de ella en el Escenario de Conciertos de esta semana su Trío para piano en Sol Menor.

Las cartas que Wolfgang Amadeus Mozart intercambió con su prima Tekla y que pudieron sobrevivir a la disposición de su mujer Constance de que fueran quemadas después de la muerte de Mozart, demuestran, además de la extraña y equívoca relación entre los dos primos, su encanto por hacerse bromas recíprocas de contenido sexual y con lenguaje que a ratos se volvía francamente procaz. Era esta una manifestación del “lado oscuro” de la personalidad del genio de Salzburgo, según afirmó su hermana María Anne.