Noticias |
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EVALUACIÓN DEL X CONGRESO INTERNACIONAL DE ETNOHISTORIA
Les compartimos los resultados del proceso de evaluación del X CIE que se llevó a cabo en octubre pasado. Gracias por su valoración y las observaciones expresadas.
Equipo organizador X CIE.
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Saludos estimados y estimadas participante del X Congreso Internacional de Etnohistoria.
Queremos comunicarles que los videos del congreso los pueden visualizar ingresando en los siguientes links:
Muchas gracias,
Equipo organizador del X CIE |
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RESPUESTAS A PROPUESTA DE PANELES Y PONENCIAS
A todos los y las postulantes a Paneles y Ponencias del X Congreso Internacional de Etnohistoria les comunicamos que durante el mes de abril enviaremos las respuestas oficiales a sus solicitudes de participación, a través del correo electrónico etnohistoria@flacso.edu.ec. El envío se realizará desde el 04 al 30 de abril.
Agradecemos su atención.
COMITÉ ORGANIZADOR DEL X CIE |
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CIERRE DE INSCRIPCIONES DE PANELES Y PONENCIASComunicamos que hemos concluido el proceso de inscripción de Paneles y Ponencias para el X Congreso Internacional de Etnohistoria. Agradecemos la respuesta de todos los y las que mostraron interés en participar. Logramos superar las 400 inscripciones y estamos seguros que el Congreso significará un aporte importante para la Academia latinoamericana. A partir de finales del mes de marzo enviaremos el resultado de las evaluaciones de los paneles y ponencias para continuar con el desarrollo de este magno evento.
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Ana María Lorandi
(1936-2017)
Hija de la “Pampa Gringa” y de los Andes
A la edad de 80 años, Ana María Lorandi murió en el barrio porteño de Congreso de la ciudad de
Buenos Aires, Argentina. Arqueóloga y luego historiadora inició y desarrolló los estudios sobre
Etnohistoria Andina en la Universidad de Buenos Aires y promovió la renovación radical de la historia
incaica desarrollada por John Victor Murra. Su vida transcurrió en diferentes ciudades, pero aquellas que
le dejaron fuertes improntas personales y académicas fueron Cañada de Gómez, Rosario, La Plata, París
y Buenos Aires.
Ana María nació en 1936 en un pequeño de pueblo de inmigrantes llamado Cañada de Gomez,
(Provincia de Santa Fé). Descendiente de lombardos por ambas líneas, su abuelo paterno se instaló en
esta región litoraleña para trabajar en la construcción de la línea ferroviaria que uniría las ciudades de
Rosario y Córdoba (1863-1870). En esa época Cañada era un pueblo progresista emplazado entre
muchas colonias agrícolas de inmigrantes, en su mayoría italianos. En su conjunto formaban parte de la
pujante “pampa gringa”, donde se había gestado la producción agropecuaria en gran escala destinada
al modelo agroexportador. La combinación de los rieles, los sembradíos y los inmigrantes conformó un
mundo de trabajo fuerte, liberal y de incipiente modernidad. Alli se gestó un imaginario social cargado
de expectativas y aspiraciones no siempre cumplidas. Ana María se crió en el seno de una familia
trabajadora en que la nutrió no solo en los valores del sacrificio, ahorro y la vida austera y sino también
en el amor por la lectura transmitido por su padre. La prematura muerte de su madre, la obligó a
madurar repentinamente y debió hacerse cargo del cuidado de su hermano menor y de las tareas
domésticas del hogar como era la usanza de la época; esta circunstancia le forjó una férrea disciplina
laboral y familiar que la acompañó toda su vida. Lorandi fluctuaba en esa época entre la literatura y la
historia inspirada por los profesores de la escuela pública y más tarde estimulada por el ambiente
favorable de las tertulias con los intelectuales del pueblo. Transgresora, rebelde, audaz, rompió las
barreras de la sociedad pacata y tradicional de la época para abrazar tempranamente los ideales de la
independencia femenina, buscar nuevos horizontes, siempre con la ambición por mejorar sus
conocimentos.
Dejó su pueblo para estudiar historia en la Universidad Nacional del Litoral (Rosario), ingresar
tempranamente en la carrera de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y
Tecnológicas (Conicet 1964) y alcanzar su doctorado en esa universidad (1967) . Precisamente, en
Rosario tuvo la oportunidad de conocer al destacado arqueólogo Alberto Rex Gonzalez y acoger el
quehacer arqueológico que la acompañó durante más de veinte años. Sin duda, las campañas
arqueológicas y los trabajos realizados por el equipo liderado por Rex Gonzalez en Rosario fueron una
fuente de inspiración que pudo replicar años más tarde en Buenos Aires, cuando tuvo la oportunidad de
formar su propio equipo de investigación. Ana María aprendió y transmitió valores como la importancia
del intercambio del conocimiento, la riqueza de las discusiones metodológicas o de la búsqueda
bibliográfica como así también la competencia laboral en el seno de los equipos de trabajo. Pero sobre
todo, fue consciente de que para formar nuevos investigadores hacía falta una gran generosidad
intelectual y el constante aliento de un buen director de equipo. La experiencia en Rosario terminó con
el amargo suceso a nivel nacional y en especial en Buenos Aires de la “noche de los bastones largos”
(1966) durante la dictadura del General Juan Carlos Onganía (1966-1970), régimen que provocó
además la cesantía, renuncia y emigración de notables intelectuales y el inicio de una larga época de
ideas retrógradas y de oscurantismo en Argentina.
Una vez desarticulados los equipos de investigación en Rosario, Lorandi comenzó su experiencia en la
Universidad Nacional de La Plata (1969-1983) quedando a cargo de la cátedra de Arqueología
Americana. En esos momentos, el enfoque naturalista de la arqueología de esa casa de altos estudios no
le resultaba para nada inspirador y su aislamiento y soledad fueron agobiantes. Pese a todo, su
producción fue fecunda e inició un premonitorio giro de área y objeto de estudio: de la arqueología de
las llanuras tucumano-santiagueñas viró a los estudios de la arqueología incaica en los valles del
Noroeste argentino (NOA), como consecuencia de su experiencia académica en París.
En efecto, en la década de 1980, Ana Maria completó sus estudios postdoctorales en la École des
Hautes Études en Sciences Sociales y en la Sorbona. París significó mucho para ella en términos
familiares y académicos. Allí nació su hija Valentina, luego sucedió su divorcio del músico Enzo Giecco y
mucho mas tarde el nacimiento de sus queridos nietos. A nivel profesional y a lo largo de esa época
ocurrió el encuentro con la Etnohistoria Andina. La revolución epistemológica que implicó la nueva
interpretación de los Andes de John Murra y su impacto en aquellos momentos en el equipo francés de
Nathan Wachtel como en Pierre Duviols provocó su fascinación, especialemente por la propuesta sobre
la demolición de los antiguos modelos interpretativos del estado incaico y por los nuevos enfoques
sobre los problemas derivados de las rupturas y las reconformaciones sociales andinas durante la
conquista. El impacto teórico y metodológico de Murra se concretó en un difundido artículo donde pudo
vincular los problemas arqueológicos con los procesos etnohistóricos. En ese innovador estudio (Lorandi
1978) logró superar el tradicional concepto arqueólogico de “horizonte panandino” basado en la
difusión de rasgos culturales o de imperios y proponer una nueva hipótesis explicativa basada en el
control discontínuo de los diversos pisos ecológicos y el consecuente conflictivo desplazamiento
poblacional. Los estimulantes debates y fructíferas discusiones de este ambiente académico la
alentaron para estudiar el impacto del Tawantinsuyu en la frontera meridional del imperio y a llevar
estas nuevas corrientes a la Argentina. El abrazo intelectual entre la arqueología y la historia la obligó a
reenfocar el concepto del tiempo-macro propio de la arqueología al de la coyuntura histórica, de los
actores y de la microhistoria. Su última excavación fue en el sitio incaico de Potrero Chaquiago
(Catamarca) y por problemas de salud y sobre todo por sus nuevos intereses se concentró en el
Tucumán colonial.
Era la época de la reapertura democrática en Argentina y de la regularización y renovación de la vida
académica con los nuevos concursos universitarios. En 1984 no solo inició su experiencia como docente
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires sino también comenzó a concretar
la formación de becarios e investigadores, repitiendo su enriquecedora experiencia rosarina de una
forma, como expresáramos anteriormente, renovada. Allí pudo consolidar una nueva línea como
investigadora científica del CONICET, dirigir el Departamento e Instituto de Antropología (1984-1991),
organizar la sección de Etnohistoria en la Facultad (1992-2015) y diagramar una nueva orientación en la
cátedra Sistemas Socioculturales de América II de esa casa de altos estudios (1984-2002). Racional,
apasionada, liberada de las inhibiciones y ataduras teóricas, logró instalar el debate de los temas
andinos a pesar de la indiferencia académica porteña. Ana María fue una extraordinaria hacedora de
equipos de investigación, supo alentar y dar seguridad a los que se iniciaban en esa tarea, pero por
sobre todas las cosas tuvo el talento de emocionarse con las ideas que escuchaba, de hacer una
pregunta oportuna hasta esperar un destello en el otro y atar con magia las incipientes ideas muchas
veces desarticuladas de los inexpertos discípulos en un marco interpretativo mas amplio, haciéndoles
creer que eran propias. Bajo su dirección, el grupo que formó pudo construir conocimento de la
historia indígena colonial y republicana en un actualizado y apasionante debate que logró elevarse e
insertarse a nivel internacional. Lo que frecuentemente llamaba “la presentación en sociedad “ tanto
de sus trabajos etnohistóricos como de los producidos por su equipo, se concretó con la organización
del I Congreso Internacional de Etnohistoria el cual tuvo gran receptividad en América Latina, donde se
replica hasta la actualidad. Su amplia experiencia de la arqueología de la llanura santiagueña, le
permitió una rapida interpretación de los movimientos de la población tanto chaqueña como de las
estribaciones amazónicas (juríes, xueres, moyos moyos) a lo largo de la frontera sudoriental del
Tawantinsuyu testimoniadas en las fuentes coloniales. Fue así como surgieron dos grupos de
investigación: uno orientado a Charcas colonial y el otro al Tucumán y cada uno logró un poco más
tarde cobrar vida propia. Testimonio de esta época fue la publicación de una compilación sobre el
Tucumán Colonial y Charcas (1997) conteniendo los resultados de las investigaciones llevadas adelante
por los miembros de su equipo a lo largo de diez años de labor. A los pocos años, se integraron otros
investigadores dedicados al estudio de las sociedades de Pampa-patagonia y otro grupo a las del Litoral
y Paraguay.
Aunque tenía consecuentes valores progresistas, no le interesaba la militancia política nacional y ni
siquiera intentó vincular la narración histórica con las luchas indígenas de la actualidad, aunque era
consciente del valor de la lucha por las políticas institucionales para estabilizar una línea de
investigación. Compartió trabajos y participó en coloquios con investigadores de Estados Unidos, Reino
Unido, Francia, Finlandia y especialmente con colegas latinoamericanos de Chile, Perú, Bolivia y México.
No obstante, comentaba con frustración que jamás había podido encontrar el reconocimiento y diálogo
fecundo con sus colegas historiadores o antropólogos de la Universidad de Buenos Aires, a excepción del
colonialista Enrique Tandeter y del historiador del arte José Emilio Burucúa. Sin embargo, tanto el
impulso del enfoque etnohistórico como el sincero intercambio académico calaron fuerte en los
equipos del interior del país, especialmente en Córdoba, Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca los cuales si
bien, ya tenian un desarrollo autónomo y en algunos casos enfoques divergentes, sin duda su activa
presencia redundó en el enriquecimiento del debate sobre el área andina meridional. En este contexto,
es importante recordar que durante el año 2013, Lorandi fue distinguida con el título Doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de Salta en reconocimiento de sus valiosas contribuciones y en el 2015
publicaron en Santiago del Estero una compilación de sus aportes más importantes al estudio de las
sociedades prehispánicas de los llanos tucumano-santiagueños.
Trabajadora incansable escribió 3 libros, 9 en colaboración y más de 100 artículos en revistas nacionales
y extranjeras. Ciertas preocupaciones y ejes temáticos la acompañaron en forma recurrente a lo largo
de su vida como el análisis del problema de la frontera incaica meridional y el desplazamiento de
poblaciones (mitmaqkuna y yanas) a través de fuentes arqueológicas o etnohistóricas; también se ocupó
por desentrañar el mosaico étnico de los valles calchaquíes al momento del contacto e interpretar lo
que entendía como desestructuración local. Más tarde, con una mirada antropológica, se dedicó al
estudio de la conformación de la sociedad hispano-criolla en el Tucumán colonial. Allí tuvo que batallar
con la adaptación de las categorías analíticas de las áreas centrales y de los silencios en las fuentes a fin
de interpretar y reconstruir los procesos socioculturales de una zona marginal tanto para los incas como
para los españoles, con poca población y con servicio personal en lugar de tributación. Confiaba en la
razón pero le atraía la dimensión utópica o aventurera de ciertos personajes históricos, como en la
quimera del falso inca don Pedro Bohorques o los avatares del funcionario borbónico del Tucumán
Manuel Fernandez Campero y Hesles. En los últimos años se alejó de la problemática del contacto
hispano inígena y se enfocó en la construcción de identidades ambiguas en la sociedad colonial y
republicana de los Andes Centrales. Precisamente, uno de sus últimos libros publicado en el 2013
consistió en una reflexión sobre la construcción y reconstrucción de las identidades difusas, tanto criolla
como peninsular, el conflicto y las luchas por el poder local y central en la región cusqueña con
posterioridad a las rebeliones indígenas de fines del siglo XVIII.
Con su política de puertas abiertas, su casa de Buenos Aires la convirtió en un centro de reuniones
intermitentes de colegas. Allí se entrecruzaba la vida familiar, social e intelectual gracias a su simpatía,
desprendimiento y capacidad de saber acoger. |
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LAGLOBAL QUITONUEVOS MUNDOS DEL SABER10 al 12 de enero de 2018. FLACSO Ecuador
Convocatoria a presentar ponencias
El
conocimiento moderno no fue fabricado en unos pocos “centros de
cálculo” (Latour) europeos y luego diseminado al resto del mundo como
ciencias y teorías. En la realidad, durante siglos muchos centros de
cálculo y debate, lejanos y conectados de alguna manera a Europa, han
producido conocimientos y teorías novedosas. Incluso muchos de estos
centros, en ciertos momentos, también han elaborado críticas
epistemológicas de teorías europeas. Al mismo tiempo, nuevos sujetos del
conocimiento se han movilizado por el mundo, conectando cortes y
centros de formas a menudo sorprendentes, produciendo conocimientos
entramados o conectados, a veces en una escala global.
En
el taller de LAGLOBAL en Quito, se juntará académicos de vanguardia en
el campo emergente de la historia del conocimiento para explorar las
maneras y medios con los cuales los centros y sujetos del Nuevo Mundo, o
Iberoamérica y el Caribe, dieron forma a las prácticas modernas de
teorización y crítica. Estamos particularmente interesados en propuestas
novedosas que presenten estudios de caso de centros o lugares
(universidades, misiones, cortes, bibliotecas, academias, institutos,
museos, salones, cafés), de prácticas (imprimir, coleccionar, dibujar,
almacenar, escribir, experimentar, enseñar, representar, piratear,
vender) y de individuos (cosmógrafos, eruditos, matemáticos,
historiadores, científicos, artesanos, etc.), que realizaron conexiones
con o, en efecto, dieron forma a tendencias y debates más amplios en
Europa, África y Asia.
La
fecha límite para el envío de ponencias es hasta el 15 de octubre de
2017 y estas pueden ser en español, inglés y portugués. Deben incluir:
el título del trabajo, un resumen de 200 palabras y una hoja de vida
(máximo de tres páginas) al correo electrónico
jose.guevara@postgrad.sas.ac.uk |
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Saludos estimados y estimadas participantes del X Congreso Internacional de Etnohistoria.
A todos los interesados en postular sus ponencias para el concurso de publicación del volumen 1 del X CIE, les comunicamos que el plazo de entrega de propuestas será hasta el 28 de febrero de 2019, a través de la dirección etnohistoria@flacso.edu.ec. Además les hemos enviado, por correo electrónico, la base de datos de los participantes, para que puedan asociarse en la presentación de sus propuestas, si no recibieron esta información, por favor dirigirse a la dirección antes mencionada. Queremos anunciarles que si hay alguien que desee postular su ponencia de manera individual, puede hacerlo, cumpliendo con el formato establecido en las bases del concurso. También les recordamos que está disponible el resultado de las evaluaciones del X CIE, en esta página web, sección Noticias.
Muchas gracias, Equipo organizador del X CIE |
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